Subjetividad social

Estado de México /

Cuando decimos que algo es subjetivo muchas veces queremos indicar algo que pertenece a la interioridad de un sujeto, a su modo de pensar o sentir, y lo contraponemos a lo objetivo, a lo que pertenece a los objetos, a las cosas. En el conocimiento humano siempre se necesita lo objetivo, o sea lo que se conoce, y lo subjetivo, o sea al quien que conoce. Sin embargo, este no es el único sentido de la palabra, que deriva del latín "subiectus", que indica lo que se halla debajo. Así, cuando se habla de una acción, se llama sujeto a quien está "debajo" de la acción, es decir, a quien sostiene la acción. Lo subjetivo, en este caso, es aquello que se refiere al sujeto de una acción.

El papa Juan Pablo II usa los términos "subjetivo" y “subjetividad" precisamente apuntando al sujeto de la acción. En la "laborem exercens" se interesa en destacar el sentido subjetivo del trabajo, es decir, el trabajo en cuanto dependiente de un sujeto que trabaja y del cual adquiere un valor especial. El sujeto del trabajo es el ser humano, con una dignidad que debe ser reconocida y respetada.

En la "Centesimus annus" el pontífice habla de la subjetividad social, dando a entender, a mi modo de ver, dos cosas. Primero que las acciones con significado social las realiza un sujeto, el ciudadano, que es persona y a quien no puede negarse esta dimensión de su ser, porque todo hombre es social por naturaleza. En segundo lugar, las entidades sociales, por analogía, son también sujetos sociales, sobre todo si se miran en relación a otros grupos y asociaciones. Incluso las naciones, a nivel internacional son sujetos y deben ser respetados sus derechos. He aquí un párrafo sobre el asunto:

"De la concepción cristiana de la persona se sigue necesariamente una justa visión de la sociedad (...) la sociabilidad del hombre no se agota en el Estado, sino que se realiza en diversos grupos intermedios, comenzando por la familia y siguiendo por los grupos económicos, sociales, políticos y culturales, los cuales, como provienen de la misma naturaleza humana, tienen su propia autonomía, sin salirse del ámbito del bien común. Es a esto a lo que he llamado «subjetividad de la sociedad» la cual, junto con la subjetividad del individuo, ha sido anulada por el socialismo real."

La participación como principio social está ligada íntimamente con esta característica antropológica y social. La acción en el campo social se sitúa por ello no solamente en el campo técnico, sino también en el ético o moral, porque la subjetividad así entendida, implica responsabilidad.

  • Pedro Miguel Funes Díaz
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