El valor se crea mediante un proceso de distanciamiento y reconciliación con los objetos. El valor aparece cuando las personas producen el objeto, se distancian de él y luego intentan alcanzarlo. Este proceso es fundamental, ya que la percepción de distancia y la dificultad para alcanzarlo influyen en el valor asignado a dichos objetos.
Desde tiempos inmemoriales, se han utilizado diversos elementos como dinero, ya fueran conchas, tabletas o monedas romanas. Para realizar una transacción, era necesario confirmar "la cosa en sí". ¿Es realmente la cabeza del emperador Nerón? Bien, entonces eso tiene valor. Incluso hoy, con el dinero de papel, se sostiene contra la luz para verificar su autenticidad.
La belleza de este sistema es que no se necesita saber con quién se está transaccionando. Si alguien entra a una tienda y compra un café de 50 pesos, se entrega un billete de 50 pesos y el comerciante no necesita saber quién lo entrega, o dónde vive, o cuánto dinero tiene en el banco; solo necesita saber si el billete es auténtico. Y dicha autenticidad está avalada por un gobierno.
La web 3.0 y el actual poder computacional han permitido la creación de una tecnología conocida como blockchain que permite la existencia de criptomonedas. Dos conceptos que configuran una revolución tecnológica difícil de comprender: blockchain y bitcoin, esta última la criptomoneda por excelencia.
El blockchain es fundamentalmente, un sistema que se gestiona a través de incentivos conocidos como tokens. Está diseñado para coordinar a diferentes partes interesadas, especialmente en contextos donde no necesariamente existe confianza previa entre ellas. Blockchain garantiza la integridad y la seguridad de las transacciones mediante un libro de contabilidad distribuido y descentralizado, donde cada transacción es verificada por una red de nodos antes de ser añadida a la cadena.
Un token que proporcione un incentivo económico para el buen comportamiento es crucial en estos sistemas. Las criptomonedas, aunque a menudo malentendidas como monedas tradicionales, son en realidad tokens que operan dentro de un sistema blockchain. Históricamente, las monedas se han asociado con la emisión gubernamental y el dinero fiduciario. Sin embargo, estos tokens no son monedas en ese sentido tradicional. En cambio, son piezas esenciales del sistema blockchain necesarias para orquestar el comportamiento de los usuarios dentro de la red. Proporcionan un mecanismo para incentivar la participación y la honestidad en la validación de transacciones y la creación de nuevos bloques.
Sin un incentivo basado en tokens, un sistema blockchain es realmente sólo una base de datos. Con un incentivo basado en tokens, se logran diseñar protocolos que permiten usos interesantes tales como la asignación de recursos ociosos. Por ejemplo, si alguien tuviera un exceso de ancho de banda en su red wifi, pudiera compartirlo con su vecino y recibir un pago por ello. Entonces, al recibir de pago un token, el vecino puede conectarse a la red, se logra una compensación y todos ganan.
El sistema blockchain puede segregarse del token y funcionar para otras cosas. En los negocios, su uso ha permitido controlar cadenas de suministro. Walmart Canadá, desarrolló un sistema blockchain para controlar a sus más de 70 fleteros eliminando los trabajos de conciliación de facturas. Sus viajes ahora inician con la oferta inicial y, a medida que el transporte avanza por la cadena de suministro, los dispositivos agregan cargos a la factura, usando la ubicación GPS para calcular distancias y tiempos de viaje. De esta forma, si un viaje toma más tiempo debido a un accidente de tráfico, la factura se ajusta en tiempo real.
Sin embargo, el uso que da Walmart al sistema blockchain sigue sin sorprender a nadie por tratarse de un uso privado. Lo que Satoshi Nakamoto inventó es un método para generar confianza en un conjunto de datos de transacciones sin depender de una entidad confiable y con todo el poder del anonimato y la descentralización. Como una hoja de cálculo autónoma que rastrea transacciones, construyendo un historial que indica quién tiene cuánto dinero, con la característica de que es indeleble.
Un sistema financiero tradicional genera confianza gracias a la reputación de sus instituciones y la regulación de los supervisores; empero, se trata de una forma extensa y costosa para generar confianza. En cambio, un sistema blockchain distribuido genera confianza colectivamente a través de una vasta y anónima red de poder computacional distribuida por todo el mundo. Y el incentivo es la promesa de ser recompensados con nuevos tokens a través del proceso de minería.
La minería de tokens es una operación que requiere gran cantidad de poder computacional y electricidad. En 2023 consumió más de medio punto porcentual de la producción eléctrica mundial. Cada 10 minutos se añade un nuevo bloque a la blockchain de bitcoin, mediante un concurso donde las computadoras compiten resolviendo acertijos complejos. Esta competencia, llamada "proof of work", asegura la integridad de la red. Los mineros que resultan ganadores son recompensados con 6.25 bitcoins, que al 23 de julio de 2024 equivalían a $420,362.5 dólares.
Se dice que cuando surge algo nuevo, lo primero es ridiculizarlo, lo segundo es ignorarlo, lo tercero es luchar contra él, y lo cuarto que se hace, es adoptarlo. El tema de bitcoins y blockchain se encuentra en algún punto entre la fase de lucha y adopción. La percepción del valor de las criptomonedas podría sustentarse en la promesa de un sistema financiero descentralizado y de impacto duradero en una economía global.