El próximo gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, en caso de ser ratificado por la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral, tendrá que desplegar toda su habilidad política y experiencia para lograr acuerdos y consensos con los distintos actores políticos y legisladores, buscando siempre que estos se traduzcan en beneficios para los ciudadanos.
La nueva geografía política del estado obligará a Lemus y a su secretario de gobierno a buscar entendimientos con los partidos de oposición y con los denominados "partidos pequeños". Estos partidos tendrán un papel crucial, ya que su voto será indispensable para modificar y aprobar leyes, haciendo valer su peso.
A diferencia del Congreso de la Unión, donde Morena y sus aliados lograron una mayoría calificada, en Jalisco ninguna bancada alcanzará una mayoría simple en la próxima legislatura, que iniciará el 1 de noviembre. Los 38 nuevos diputados que integrarán la LXIV Legislatura estarán distribuidos entre 11 diputados de Movimiento Ciudadano, 10 de Morena, 5 del PAN, 3 del PRI, 3 de Hagamos, 2 del PT, 2 del PVEM y 2 de Futuro. Asimismo, la paridad de género será una realidad, con 18 diputadas y 18 diputados.
El próximo gobierno estatal, que comenzará el 6 de diciembre, deberá atender la diversidad política de los 125 municipios de Jalisco, los cuales estarán distribuidos entre nueve partidos. Los ciudadanos, a través de su voto, entregaron 41 municipios a Movimiento Ciudadano, 21 al PRI, 18 a Morena, 16 al PAN, 10 al PVEM, 9 a Hagamos, 6 al PT, 3 al PRD y 1 a Futuro.
Destaca el trabajo político realizado por el secretario general de Gobierno Enrique Ibarra Pedroza, que a pesar del ambiente de crispación política nacional y local, en Jalisco los 125 gobiernos municipales lograron instalarse y sus presidentes municipales protestaron al cargo en un ambiente de paz.
Este mosaico de fuerzas políticas refleja la riqueza democrática del estado y su capacidad para incluir diferentes ideologías, pero también plantea el reto de que, si no se canalizan adecuadamente los intereses, podrían convertirse en un obstáculo para la gobernanza del estado. Que sea para bien.