Le quedan solo 60 días al sexenio del presidente López Obrador. El 1 de octubre entregará la banda presidencial a Claudia Sheinbaum y luego —ha dicho— se irá a “La Chingada”, como ha llamado a su rancho en Palenque, Chiapas, donde se dedicará a escribir sobre historia.
Y la pregunta es: ¿está entregando un país mejor al que recibió el primero de diciembre de 2018?
Vayamos a los datos:
Será el sexenio con más homicidios y feminicidios, 193 mil 620 hasta el 30 de julio, lo que equivale a 94 asesinatos por día, contra los 71 de Peña Nieto y los 55 de Felipe Calderón, aun reconociendo una ligera baja en los homicidios en los últimos tres años, con datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad.
Será el sexenio con más desaparecidos, 48 mil de los 116 mil 096 del acumulado histórico, incluyendo a los que se reportaron como desaparecidos ayer, y considerando el recorte y nuevo censo y de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), lo que equivale a un desaparecido por hora, lo cual es catalogado en la Organización de las Naciones Unidas como una crisis humanitaria.
Con la estrategia de seguridad “abrazos, no balazos” que este gobierno adoptó, los criminales y narcotraficantes se empoderaron, y hoy controlan muchas regiones del país. En Guerrero, Chiapas, Zacatecas, Michoacán, Jalisco, Colima, Guanajuato, Sonora, Sinaloa, y Quintana Roo, decenas de familias han tenido que huir de sus casas por el temor a ser atacados. La extorsión se ha disparado entre los comerciantes, transportistas y productores agropecuarios. Solo hay que ver lo que pasó con los taxistas de Acapulco y Chilpancingo, los productores de aguacate de Michoacán y los limoneros de Colima. Las atrocidades donde se usa exceso de violencia y crueldad, como torturas, mutilaciones e incineraciones, se incrementaron hasta un 19% entre 2020 y 2023, de acuerdo con datos de Causa en Común.
Lamentablemente, en seguridad no estamos mejor; no se recuperó la paz ni la tranquilidad y la crisis quedara como el doloroso legado que deja a su sucesora y a todos los mexicanos.