Es momento de pensar en lo experimentado, el futuro más cercano y planear.
Este 2025 estuvo marcado por una constante agitación política, hubo sorpresas en los mercados e innovación, sobre todo en inteligencia artificial. También hubo sustos por aranceles que movieron el comercio a lo largo y ancho del planeta.
La desaceleración económica generalizada fue la norma. Hasta ahora, las perspectivas de crecimiento para el cierre del año andan entre 2.6 y 3.2 por ciento.
La economía en el mundo ha sido “más resiliente de lo esperado”, explica la OCDE, “fue impulsada por una mejora en las condiciones financieras, el aumento de la inversión y comercio relacionado con la IA, y las políticas macroeconómicas. Sin embargo, las fragilidades subyacentes están aumentando”.
El nuevo año presenta dudas alrededor de la economía, los mercados y la geopolítica. ¿Qué vendrá y para qué debemos estar listos?
En México, la OCDE espera que 2025 cierre con 0.7 por ciento de crecimiento y prevé 1.2 por ciento para 2026. El riesgo es un posible freno a la inversión por la reforma judicial y desaparición de los organismos autónomos, advierte.
La incertidumbre impera y se refleja en el ánimo de los empresarios. La proporción de empresarios que considera que este es un buen momento para invertir en México se desplomó a 35.2 por ciento, el nivel más bajo desde que existe la Encuesta de Expectativas Empresariales de Ipade Business School, desde 2020. Del primer semestre de 2024 a esta semana que salió la encuesta del Ipade, la cifra cayó 19.2 puntos porcentuales. Así, uno de cada tres empresarios que consideraba invertir, ya abandonó la idea.
No todo indica una tormenta, Vanguard observa también la débil inversión privada y la cautela del consumidor interno, pero prevé un “modesto impulso en los próximos trimestres” por el Mundial de Futbol, las tendencias de nearshoring, los costos laborales competitivos y la “profunda integración estructural con la industria estadunidense”.
Otro factor que genera potencial volatilidad en las expectativas es la revisión del T-MEC, sobre todo cuando entre 82 y 85 por ciento de las exportaciones mexicanas va a EU.
Hay que sumar los anuncios de ayer: el aumento al salario mínimo de 13 por ciento para comprar 2.5 canastas básicas, el anuncio oficial de la propuesta de la reducción de la jornada laboral a 40 horas a lo largo de la administración actual y la nueva fiscal general, Ernestina Godoy.
El Ipade resalta que las principales preocupaciones son la incertidumbre económica y la jurídica, seguidas por la inseguridad y la incertidumbre política; todos estos ajustes impactan las percepciones de los riesgos asociados con México, no solo del empresariado local, también de las instituciones fuera del país.