Mexicanas sin salud

Ciudad de México /

La salud de las mexicanas es la que menos interesa, la que relegamos para “luego” y nos está saliendo caro. El costo extra no solo lo padecen ellas, impacta a todos.

Las mujeres tenemos una mayor expectativa de vida que los hombres, representamos la mayoría de la población (51 por ciento en México y América Latina) y tenemos mucho peor salud que los hombres.

Ellas pasan 25 por ciento más tiempo de su vida con mala salud, especialmente en las etapas en las que son o deberían ser más productivas, según McKinsey Health Institute. Además, las mujeres pagan 18 por ciento más en gastos de bolsillo por su atención a la salud, lo que se conoce como el “impuesto rosa”, según Deloitte, y, la cereza del pastel es que postergan la atención porque están cuidando a otros, lo que resulta en que reciban un diagnóstico tardío o erróneo en más de 700 tipos de enfermedades, agrega McKinsey.

El sector salud se puso los lentes de género hace poco. Tan solo hace unos 40 años la Food and Drug Administration en Estados Unidos permitió la inclusión de mujeres en estudios clínicos, muestran datos de Roche. ¿Por qué importa esa inclusión? Porque 34 por ciento de las mujeres que pasan por un tratamiento de cáncer tiene efectos secundarios graves solamente porque los medicamentos no fueron desarrollados para ellas, muestra el estudio de la farmacéutica.

La Organización Mundial de la Salud reconoce que la salud de las mujeres está influenciada por la biología relacionada con el sexo, el género y otros determinantes sociales, como ser las principales cuidadoras de los menores de edad, los adultos mayores, los enfermos o las personas con discapacidad. Esta afirmación ya parece obsoleta cuando existe la medicina de precisión.

En los últimos días, querido lector y querida lectora, he tenido la oportunidad de entrevistar a dos directivas de diferentes farmacéuticas, Roche y Merck, contenido que pronto compartiré en MILENIO. Con ambas abordé los retos de la medicina personalizada, la que utiliza el análisis del ADN de un individuo para entender sus características genéticas únicas y así adaptar los tratamientos. Si se puede atender la salud de cada uno de nosotros de forma individual, ¿a poco no asombra que la mitad de la población sufra más un tratamiento de cáncer por ser mujer?

Dejando el sufrimiento de un tratamiento a lado y pensando en la economía, cerrar la brecha de género en la salud podría representar una oportunidad de crecimiento de un billón de dólares globales potenciales al año para 2040, explica McKinsey Health Institute.

Mujeres sanas resulta en una mayor participación en el mercado laboral y un incremento en su productividad; más dinero para las empresas se traduce en más dinero para las familias.

Mientras tanto en México, sigamos recortando los presupuestos y sobre todo, el de salud, que para 2025 será 11 por ciento menor al de este año.

  • Regina Reyes-Heroles C.
  • regina.reyesheroles@milenio.com
  • Periodista. Autora del libro Vivir como reina y gastar como plebeya. Conductora de Milenio Negocios, programa semanal de entrevistas con directivos y personajes clave en el mundo económico. Publica su columna sobre finanzas personales todos los jueves. Mamá de dos.
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