No hay duda que la administración de justicia padece altos índices de deficiencia y corrupción.
Sin embargo, es incuestionable que la elección popular de juzgadores agravará esos males.
Por eso es importante insistir en las cualidades que deben tener los jueces, magistrados y ministros; y que tales cualidades sólo se obtienen a través del estudio y la experiencia profesional.
La insistencia es pertinente porque en el futuro próximo sobrevendrá la ruina del sistema de justicia; y habrá que comenzar a reconstruirlo sin los vicios que ahora sufre.
Pensando en esto, la semana anterior publiqué una lista reducida de ministros ilustres de la SCJN, que son paradigmas de la preparación y conducta que deberían distinguir a los futuros ministros.
Reservé para esta colaboración citar a Don Rafael Rojina Villegas, ministro en 1952, para destacar la trascendencia de su obra. Rojina Villegas fue un eminente jurista, académico y autor de una exhaustiva obra de Derecho Civil.
El Derecho Civil es el sistema normativo que atañe a las personas desde su nacimiento hasta su muerte: reglamenta las relaciones de familia y los actos generadores de derechos y obligaciones que son normales y necesarios para la vida en sociedad.
El Derecho Civil por su evolución histórica que transcurre a través del Derecho Romano, el Código de Napoleón y la legislación española, se distingue por su racionalidad, coherencia y universalidad, atributos que lo hacen ideal para el aprendizaje del Derecho y el perfeccionamiento del criterio jurídico.
Don Rafael Rojina Villegas en ocho volúmenes trata con la mayor extensión, profundidad y detalle los temas del Derecho Civil: Introducción; Derecho de Familia; Bienes y derechos reales; Sucesiones; Obligaciones y contratos.
Esta es la clase de ministros que el país requiere. Es difícil que podamos identificarlos y elegirlos por votación popular.
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