El sábado pasado la violencia alcanzó niveles que nunca se habían visto en la Plaza de la Constitución. Dos horas duró la guerra entre la policía y el contingente de personas armadas.
Podían distinguirse del resto de los manifestantes porque llevaron el rostro cubierto con pasamontañas o cascos para ocultar su verdadera filiación.
¿Quiénes son esas personas? El gobierno y los manifestantes se han acusado mutuamente de estar ligados a los agresores. Sin embargo, habría evidencia que contradice ambas afirmaciones.
La mayoría de las crónicas coincide en decir que no eran integrantes de la marcha. Ese grupo no hizo el recorrido de la mayoría, sino que arribó directamente al Zócalo.
Luego de atacar a la policía, los mismos sujetos, al grito de “Muera Morena”, rompieron con palos, marros y pinzas las cortinas y ventanas de los comercios, mientras los manifestantes exigían que dejaran de hacerlo.
Hay cuatro hipótesis sobre la verdadera identidad de las personas enmascaradas: que forman parte del llamado bloque negro; que los convocantes a la marcha llevaron a estos provocadores; que el gobierno financia a dicho grupo de choque; o que quienes están detrás de este núcleo beligerante son las organizaciones criminales de la ciudad.
Alejandro Meléndez, reportero veterano, negó en entrevista con Julio Hernández Astillero que estos fulanos pertenecieran al bloque negro. En las imágenes puede corroborase que muchos no eran tan jóvenes, sino más bien individuos que se camuflajearon para hacerse pasar por anarquistas. Tampoco puede creerse la segunda hipótesis, porque las personas que genuinamente acudieron a la marcha trataron de frenar a los agresores y terminaron agredidas por ellos.
La tercera versión —que el gobierno estaría detrás de este contingente— es tan poco verosímil como la anterior. Obligaría a suponer que desde las altas esferas del poder se armó tanto a policías como a pendencieros para escenificar dos horas de una confrontación que a la postre dejó más de cien personas lesionadas en ambos lados.
La última hipótesis implicaría a la delincuencia organizada. Meléndez afirmó en su crónica que, desde su punto de vista, se trataría de sujetos bajo las órdenes de los cárteles criminales que operan en la Ciudad de México.
Zoom: Aquí sí habría ganancias directas. En la polarización quien más gana son esas bandas criminales expertas, a la vez, en debilitar a la autoridad y atemorizar a la ciudadanía.