La Universidad como ‘showbusiness’

  • Columna de Román Munguía Huato
  • Román Munguía Huato

México /

O el showbusiness universitario, para el caso es lo mismo, pues el hecho es que quienes se ostentan como dirigentes formales y reales de la Universidad de Guadalajara [UdeG] ha venido sustituyendo las prioridades de sus tareas sustantivas como la docencia, la investigación y la difusión cultural por ciertas actividades muy, pero muy alejadas del quehacer universitario, Por ejemplo, es necesario analizar y discutir seriamente en términos académicos que es lo debemos entender por cultura universitario para no mezclar o confundir actividades propias de una institución educativa superior pública en materia cultural con actividades que corresponden más al ámbito del espectáculo comercial, como es el caso en nuestra institución. Una cosa es la universidad como institución empresarial educativa, como es cualquier “universidad” privada, y otra muy distinta es una institución educativa haciendo jugosos negocios a partir de la esfera pública realizados por un cacicazgo voraz: el mundo al revés.

Lo hemos dicho siempre, cualquier universidad pública debe ser ejemplo virtuoso, no vicioso, para la sociedad en cualquiera de los ámbitos que le correspondan. Se dice, y así debería de ser, que la Universidad es la conciencia crítica de la sociedad, pero, en este caso, eso es pedir o decir demasiado de una institución donde está ausente casi por completo tal conciencia. Por ejemplo, la UdeG debería ser ejemplo institucional que respeta el patrimonio histórico–cultural de esta ciudad, sin embargo, no ha sido así, pues debemos recordar el caso patético de la demolición en 1980 de la Escuela de Música por las propias autoridades universitarias de un edificio de arquitectura neoclásica, en cuyo lugar se construyó el edificio administrativo en el cual hoy día se encuentra la Rectoría General. Actualmente las autoridades universitarias pretenden demoler la Plaza de Mexicaltzingo con el pretexto de construir debajo el estacionamiento subterráneo que serviría para el Teatro Diana. Entonces, de llevarse a cabo dicho proyecto “modernizador” y dizque detonante de la economía barrial, habría una destrucción del patrimonio histórico–cultural de uno de los barrios más antiguos de la ciudad al demoler la plaza frente al templo de San Juan Batista. Este pésimo ejemplo, contrario a la defensa del patrimonio histórico urbano y de acción urbanística como política pública institucional, debería ser estudiado en la carrera de Urbanística del Centro de Arte, Arquitectura y Diseño [CUAAD] de la UdeG como algo que nunca debe hacerse, al igual que la destrucción del edificio de la Escuela de Música.

La donación del subsuelo del Cabildo tapatío a la Universidad de Guadalajara –mejor dicho, una donación que no es a la propia institución educativa sino al cacique dueño de todas las empresas parauniversitarias por su dizque anterior enemigo político, ahora en verdadero amasiato político: Enrique Alfaro Ramírez– está plagada absolutamente de irregularidades. El día de ayer este diario en La Tremenda Corte habla de una “Cortesía a la casa… de estudios”: “Autoridades tapatías ya reconocieron que hay ambigüedades respecto a cómo se rentan los teatros y espacios culturales a los artistas, y la forma tan subjetiva en que la Dirección de Cultura puede llegar a establecer un convenio con tal o cual grupo artístico que busca un foro para presentar sus proyectos. Uno de los rumores fuertes al respecto es que tales cobros se aplican a todos menos a la Universidad de Guadalajara. Se sabe que la máxima casa de estudios del estado apela a su Ley Orgánica para no pagar ningún tipo de impuesto, derecho, tarifa o renta al Ayuntamiento tapatío trátese de eventos culturales o de espectáculos que realiza en foros de Guadalajara, ya sean propios o ajenos”. El colmo de la corrupción.

Este ejemplo funesto de proyecto de construcción de un estacionamiento por la camarilla que detenta en el poder en la UdeG debe inmediatamente cancelarse. Como lo ha dicho muy bien el Colectivo de Reflexión Universitaria [CRU]: “Es incongruente que la UdeG sí tenga dinero para la construcción de un estacionamiento subterráneo en el barrio de Mexicaltzingo, pero no tenga la posibilidad de incrementar la matrícula escolar”. Jaime Arias, uno de los docentes inconformes integrantes de este colectivo, afirmó del mal manejo financiero por las autoridades universitarias a este tipo de obras de infraestructura y hasta a la administración de estos espacios, como el estacionamiento del estadio Jalisco, del cual no hay transparencia en los ingresos que obtiene y el destino que se les da. Si el lector –incluidos Enrique Alfaro Ramírez y el rector general– quiere conocer la opinión de los vecinos de este barrio, vea este breve video de Fernando Cornejo Hernández: “No al estacionamiento en el Barrio de Mexicaltzingo”: https://www.youtube.com/watch?v=dLrejH1eewQ&feature=youtu.be

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