El juicio ganado por Johnny Depp a Amber Heard genera la estupenda oportunidad de mantener el equilibrio: si bien es cierto que los hombres pueden ser víctimas de formas de abuso y también demostrarlo en tribunales, y que las mujeres pueden calumniar y haber sentencia al respecto, sin duda es hacia ellas contra quienes continúa la concentración de las violencias.
El momento de aparente inversión de la tendencia #MeToo y su transición hacia #MenToo, reflejado en la supeditación de centenas de materiales alusivos, en TikTok por ejemplo, a un momento de un retrato estereotípico e histérico atribuido a Heard, es probable que sea solo un instante de la agenda global.
No se modifica la evidencia constituida alrededor del hecho de que nueve de cada 10 violencias entre las parejas son sufridas por mujeres, de acuerdo a los datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.
Depp y Heard son parte de narrativas de poder.
La única verdad objetiva es que el tribunal lo hizo ganador en esas reclamaciones ante un juez en la desembocadura de una lógica procesal donde hay todo tipo de herramientas y decisiones que también pueden hacer victoriosas jurídicamente a mujeres que reclaman abuso.
Siempre que se tenga un defensor apropiado público, abogado propio y, en general, los recursos temporales, sociales y dinerarios para salir adelante, hombre y mujer transitarán mejor por un proceso altamente politizado e ideologizado, si llega a los medios, y de pronóstico reservado si solamente es atendido por ciertos perfiles de profesionales del derecho.
Claro que los hombres también son víctimas de abuso físico y psicológico. Concedido. Mujeres y hombres somos capaces de agredir y violentar por igual, con daños similares. Hay violencias negadas por masculinidades avergonzadas de reconocerse como víctimas. De acuerdo.
La mayoría de los hombres en ese segmento se avergonzaría de acudir ante el Ministerio Público a pesar de la apertura actualmente existente, enfatizada tanto por la fiscal general de Justicia, Ernestina Godoy, como por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para quienes el tema de los niños, adolescentes y varones que son víctimas no ha dejado de mencionarse en las reuniones de trabajo correspondientes, ciertamente dominadas por la atención al tema de las violencias contra las mujeres.
La violencia ejercida sobre los niños y hombres es normalizada y justificada en la mayoría de los casos por la cultura y roles. Los hombres no lloran. Crecimos y se crece con muchos equívocos respecto de lo que significa ser varón.
Por cada tres niñas que reportan una agresión, hay dos niños. Estimaciones de organismos civiles apuntan a que cuatro de cada 10 hombres son violentados, pero solo denuncia el uno por ciento.
El caso de Johnny Depp no es un triunfo del machismo ni una derrota del feminismo. Es la posibilidad de fortalecer la cultura de equidad e igualdad y ojalá no se distanciara de una cultura verificable de justicia.
La verdadera “perla negra” que habría encontrado Depp no es la activación del #MenToo, sino la posibilidad de justicia para todas las personas.
Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres