¿Cuántas veces has escuchado un “NO” como respuesta? Ya sea por falta de interés, contexto, tiempo o presupuesto, siempre habrá quienes digan que tu idea es imposible, demasiado costosa o que requiere demasiado esfuerzo.
Sin embargo, aunque las acciones pueden estar limitadas, las ideas no deberían estarlo.
Hace algunos años, cuando para hacer tomas aéreas era necesario un helicóptero y un camarógrafo intrépido, viví una experiencia que cambió mi perspectiva sobre la creatividad y el uso de recursos.
Mientras visitaba unas oficinas para entregar un proyecto, coincidí con la llegada de un director creativo lleno de entusiasmo por una gran oportunidad a nivel nacional.
Motivado y con ideas frescas, propuso a su equipo grabar un video desde lo alto de la ciudad, utilizando un helicóptero para capturar tomas aéreas mientras actuaban en una azotea.
De inmediato surgieron objeciones: no tenían el dinero, el equipo adecuado ni las condiciones necesarias para llevarlo a cabo.
Ante tanta negatividad y falta de avance, el director los sorprendió al contarles que ya había conseguido el helicóptero sin costo, gracias a un piloto amigo que estaba dispuesto a darles un par de vueltas en su próximo vuelo.
En ese momento, tras exclamaciones de alivio, todas las barreras desaparecieron y, hasta los más escépticos, comenzaron a proponer ideas con entusiasmo.
Esa experiencia me enseñó una gran lección: el mayor obstáculo para la creatividad no es el presupuesto, sino la mentalidad con la que enfrentamos los retos.
Cuando nos enfocamos en las limitaciones, bloqueamos las posibilidades.
Pero, cuando abrimos nuestra mente, incluso con recursos
limitados, logramos cosas extraordinarias.
Lo que antes requería costosos equipos y conexiones, ahora se puede lograr con dispositivos accesibles que producen los mismos o mejores resultados.
Para ponerlo en perspectiva: mientras que rentar una hora de vuelo en helicóptero puede costar alrededor de 45 mil pesos, rentar un dron cuesta unos 1,500 pesos, con suficiente batería para obtener tomas increíbles.
Los emprendedores de hoy no necesitan helicópteros para hacer volar sus ideas. Lo que necesitan es creatividad, adaptabilidad y disposición para buscar nuevas soluciones.
Enfrentar el reto de un presupuesto limitado puede parecer difícil pero, si algo hemos aprendido, es que las grandes ideas no dependen de grandes recursos.
El helicóptero puede simbolizar una idea grandiosa, pero al buscar alternativas más eficientes, como un dron, podemos alcanzar las mismas alturas.
Al final, lo importante no es si tienes el helicóptero, sino la visión para encontrar el “dron” que hará realidad tu proyecto. Las herramientas están disponibles, solo hay que saber usarlas. Con un poco de ingenio y apertura, las ideas siempre encontrarán la manera de despegar.
En una lluvia de ideas, siempre habrá quienes den excusas y razones para no hacerlo. No importa cuántas veces te repitan que “no es posible” o que “es demasiado arriesgado”, sigue intentando.
No lo tomes como algo personal; lo único que están haciendo es darte motivos para encontrar tu “dron” y demostrar cómo sí se puede lograr.