¿Tu producto V.I.V.E. o solo vende?

  • Terco Digital
  • Salvador Peynado

Tamaulipas /

Recientemente, durante un evento, me lanzaron una pregunta directa: "Ahora que está tan de moda vender cursos y clases grabadas… ¿qué tan fácil y rentable es vender productos digitales?"

Mi respuesta simple, pero con intención: Vender un producto digital no es difícil. Lo difícil es diseñarlo antes de venderlo, con una estrategia capaz de generar impacto, permanencia y crecimiento.

Y eso no ocurre solo cuando alguien te compra, sino cuando vive una experiencia que lo transforma.

Si estás construyendo un curso, membresía, asesoría o plataforma digital, tu meta no debe ser solo vender.

Tu meta debe ser que el cliente V.I.V.A. contigo: Valide, Invierta, Vuelva y Expanda.

Con este modelo tienes una guía para que tu producto digital no solo funcione, sino que escale.

V — Valida: Antes de vender, el cliente necesita confiar. Validar que tú sabes, que entiendes su problema, que tu propuesta es clara y que tu solución es real.

Aquí entran tu autoridad, tu contenido gratuito, tus casos de éxito y tu mensaje. Todo lo que construye percepción y credibilidad. Si no te validan, no te eligen.

I — Invierte: Una vez que el cliente confía, viene la decisión de compra.

No es un impulso: es el resultado de una propuesta que resuelve una necesidad específica.

Tu trabajo es facilitar esa decisión: con una oferta clara, un proceso de pago sin fricción, beneficios tangibles y una promesa cumplible. Si te validan, pero no invierten, necesitas mayor claridad y persuasión.

V — Vuelve: La recompra es uno de los indicadores más fuertes de que tu producto está bien diseñado.

Un cliente vuelve cuando recibió valor, vio resultados y quiere más.

Esto se logra con seguimiento, rutas de continuidad, niveles avanzados, comunidad activa o productos complementarios. Si no regresan, estás reiniciando desde cero con cada cliente.

E — Expande: El punto más alto: cuando el cliente no solo te recomienda, sino que multiplica tu alcance.

Expande tu comunidad, te lleva a nuevos mercados, te etiqueta, participa activamente y se convierte en promotor natural de tu marca. Si no te ayudan a expandir (recomendaciones), estás creciendo a base de esfuerzo individual, no de efecto red.

La diferencia está en el diseño, planeación y la definición de un propósito.

Diseña experiencias que tu cliente valide, invierta, repita y expanda. Ese es el verdadero ciclo del éxito digital.

Lo demás… solo es contenido.

El marketing y un buen presupuesto pueden ponerte frente a miles de prospectos. Y si logras que te validen, muchos te comprarán. Pero son las dos etapas siguientes las que realmente definen si tu producto está vivo:

cuando el cliente repite, es porque estás haciendo algo valioso; pero cuando expande —cuando recomienda, comparte y te convierte en parte de su historia— estás frente a la validación más poderosa de todas.

Eso significa que tu producto, servicio o proyecto V.I.V.E., y hace vivir una experiencia real a quienes lo usan.

Este modelo puede medirse fácilmente en entornos digitales, especialmente en eCommerce, con herramientas y métricas claras. Pero mucho antes de entrar en lo técnico, detente y hazte la pregunta más importante:

¿Tu producto tiene un propósito claro que transforme la vida de tu cliente?


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