Blake Lively y Justin Baldoni: un círculo que no se ha roto

Ciudad de México /

En diciembre de 2017 la revista Time hizo una portada histórica con el movimiento #MeToo. En su portada a la personalidad del año, aquella ocasión no fue una, sino que llegaban todas. Sí, todas las personas que "rompieron el silencio" sobre el acoso sexual –las primeras mujeres que revelaron el caso del productor de cine Harvey Weinstein y los miles que siguieron su ejemplo– fueron designadas "Personalidad del año" 2017.

Han pasado siete años desde esa portada y hay cosas que se niegan a desaparecer. Y una de ellas es la violencia de género a la que están expuestas las mujeres, incluso aquellas a las que se les visualiza como no vulnerables dadas las condiciones económicas o posiciones de poder que ostentan. Tal es el caso que ha denunciado Blake Lively contra Justin Baldoni.

El 20 de diciembre de 2024, Lively presentó una queja formal ante el Departamento de Derechos Civiles de California, paso previo para una demanda laboral en el estado. En el documento, la actriz acusa a Baldoni de comportamientos inadecuados y de organizar una campaña de desprestigio para silenciarla tras denunciar las irregularidades.

La próxima portada de la revista People, de acuerdo con diversos medios, revelará en exclusiva los detalles de las denuncias de Blake Lively contra Justin Baldoni, director y coprotagonista de la película It Ends With Us (Romper el círculo), adaptación de la novela de Colleen Hoover.

En el informe se exponen alegaciones de acoso sexual y represalias. Y ahora sabemos a través del periódico Daily Mail que “Baldoni presentaría una explosiva contrademanda” el 2 de enero, donde se afirmaría que la compañía Vision PR, responsable de las relaciones públicas de Lively, fue la responsable de la difamación contra Baldoni, y no al revés.

Mientras esto acontece, no podemos dejar de observar que los patrones de violencia siguen presentes. Si bien se puede pensar que el problema remite totalmente a la industria cinematográfica, no hay nada más alejado de ello. Pues si bien imperfecta, al menos la agencia que representaba a Baldoni lo separó de sus filas de manera casi inmediata al conocerse las denuncias que pesaban sobre él. Pero no deja de llamar la atención como es en el día a día, en la cotidianidad, interponer una denuncia por violencia de género en una sociedad que se ha jactado de tener respeto y sensibilidad ante las agendas sociales y pro derechos.

Sigue llamando la atención cómo, ante cualquier señalamiento que implique a un hombre como violentador, el primer argumento que se utiliza es “pues denuncien”, lo cual se grita no a manera de ayuda o apoyo, sino como un reto.

Así, el camino que sigue cualquier mujer para validar sus señalamientos es tortuoso y lleno de procesos revictimizantes, donde lo más probable es que su queja quede desestimada o termine ella siendo la juzgada en la hoguera mediática.

En este caso, ante la voz de Blake, no fueron pocos quienes se anticiparon a señalar que su caso tenía todos los elementos necesarios para ser falsos. Y tal vez no erraron: acusa a un hombre privilegiado y poderoso. ¿Cómo podría ser culpable? ¿Se podrá romper el círculo más allá de la pantalla?


  • Sarai Aguilar Arriozola
  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
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