El amor es eterno… mientras dura. Eso parece estar sucediéndoles al millonario Elon Musk y al presidente estadunidense Donald Trump, quienes desde hace unas semanas se encuentran enfrascados en una disputa que, si bien inició por aparentes desacuerdos fiscales, se ha llegado a extrapolar.
Hay que recordar que ambos poseen cada uno una red social para poder despotricar a su antojo. En el caso de Elon Musk, una de las amenazas soltadas contra el actual mandatario, otrora admirado por él, tiene que ver con un tema que ha estado siempre acechándolo: el comercio sexual. El mensaje publicado en su plataforma X decía: “Es hora de lanzar la gran bomba: @realDonaldTrump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos.¡ Que tengas un buen día, DJT!”.
Jeffrey Epstein fue denunciado por operar una red de tráfico sexual de menores durante al menos dos décadas. Las acusaciones incluyen abuso sexual, explotación de niñas —algunas de tan solo 14 años— y el uso de su red de contactos influyentes para protegerse. Aunque fue arrestado en 2019, su muerte en prisión –presunto suicidio– generó sospechas y alimentó teorías sobre el encubrimiento de figuras poderosas implicadas en el caso.
En febrero pasado, el Departamento de Justicia liderado por Pam Bondi publicó el primer conjunto de archivos “desclasificados” relacionados con las causas de Epstein, en los que sólo se mencionaba a Trump en los registros del avión privado del financista.
Durante el escándalo ya habían circulado algunas fotos de ambos juntos. Ahora, los registros del jet privado de Epstein indican que Trump voló con él el 15 de mayo de 1994.
El problema es que el nombre del presidente y el de allegados suyos ya han sido nombrados en escándalos sexuales sin que esto afectara su carrera política (quizá, por el contrario, pareciera haberla fortalecido).
Su nominado a fiscal general dimitió tras ser acusado de explotación sexual de una menor, su actual secretario de Defensa ha sido denunciado por violación y a su secretaria de Educación la han señalado por presuntamente consentir abusos a niños en la World Wrestling Entertainment. Trump, por su cuenta, tiene dos condenas relacionadas con conductas sexuales, una por los pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels para encubrir su aventura, la que se suma a su condena por abuso sexual y difamación a la escritora E. Jean Carroll.
Diferentes organismos internacionales tales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han constatado que la respuesta judicial ante casos de violencia contra las mujeres es notablemente deficiente y no corresponde a la gravedad e incidencia del problema. Un caso mediático notorio es el del rapero Sean “Diddy” Combs e incluso el del productor cinematográfico Harvey Weinstein, quienes pudieron operar en total impunidad amparados con el poder.
¿Qué panorama podría ser diferente para que el hombre más poderoso del planeta en esta ocasión sí enfrentase un castigo real, en caso de ser verdad los dichos de Musk?
Lamentablemente, el objetivo no es que alguna mujer alcance justicia: es solo el pleito de dos hombres blancos con poder queriéndose hacer daño tras el fracaso de su alianza. Esa sí es la triste Truth.