Mujeres explotando o discriminando a otras en aras de la igualdad laboral: y así es como algunas logramos crecer.
En México, 2.3 millones de personas, el equivalente a la población total de Tabasco, se dedica al trabajo del hogar, y nueve de cada diez son mujeres (INEGI 2018). No obstante la gran cantidad de personas dedicadas a ello, la discriminación ha sido histórica, continua y estructural.
Por ello, no asombra que en México haya saltado a la fama Vanesa Amaro, mexicana que vive en Estados Unidos, quien se hizo famosa en la plataforma TikTok al revelar que gana en dólares hasta el equivalente a casi 16 mil pesos mexicanos al día por limpiar casas en el vecino país, pues rompe con el estereotipo de pobreza e invisibilidad de las empleadas domésticas que se ha perpetuado en el país.
Por lo contrario, Amaro es una “tiktoker” célebre como trabajadora doméstica mexicana en Estados Unidos. Ha ganado seguidores por compartir consejos para dejar relucientes las casas donde labora y, junto con su esposo, creó la compañía Amaro´s Cleaning.
Vanessa cuenta con más de 2 millones de seguidores en TikTok después de iniciar un canal de limpieza durante la cuarentena. Y su esposo se unió a ella luego de que fuera despedido hace tres años. Así emprendieron el negocio que se ha vuelto todavía más exitoso después de los videos de Amaro, los cuales ya cuentan con patrocinios de marcas.
Si bien en México desde 2019 se expidió el decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo y de la Ley del Seguro Social en materia de trabajo doméstico, y el documento fue publicado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la realidad es otra. Un decreto no cambia la realidad laboral pero mucho menos el imaginario social. Una cosa es el concepto jurídico y otra la realidad social (M. Maqueda)
Para la antropóloga Severin Durin, hay características comunes entre las trabajadoras domésticas en el territorio nacional que incrementan su vulnerabilidad, tales como el hecho de ser mujeres, quienes en muchos casos son de origen indígena, su condición de migrantes, su edad temprana y en ocasiones el ser domésticas de tiempo completo, lo que las hace residir en un hogar ajeno limitando su independencia. Las antes llamadas "criadas" ahora son "muchachas". Lavan, planchan, cocinan, cuidan niños, pasean perros y conversan. Discretas, como lo requiere su función, están disponibles para atender las necesidades de las familias empleadoras (Conapred).
Marcelina Bautista, activista por los derechos de las trabajadoras del hogar en México y en el mundo, explicó como en muchas ocasiones no se ve cómo las trabajadoras domésticas se ven obligadas a anularse: “Cambiar mi cultura por la de mis empleadores. Muchas trabajadoras del hogar vivimos ese choque cultural y, por necesidad, tenemos que cambiar”, mencionó en una conversación en Ginebra para Noticias ONU en 2019.
Aun sí hay algo más fuerte: en estos tiempos de igualdad y de crecimiento laborales para las mujeres, que históricamente habían estado al cuidado del hogar, para lograr estos sueños muchas recurren a emplear a mujeres para estas labores domésticas. Y, sin reflexión alguna, gracias al trabajo informal y en muchos casos explotación de otras mujeres, es que otras logramos crecer.
Mujeres explotando o discriminando a otras en aras de la igualdad laboral. No cabe duda de que cada mujer atraviesa la condición de serlo en diferentes grados de opresión. Lo que no podemos permitir es que en esta lucha por la igualdad marchemos por la vida codo a codo opresoras con oprimidas.
Por Sarai Aguilar Arriozola*
@saraiarriozola
Maestra en Artes y doctora en Educación. Coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe UANL.