Videos sexuales: ¿es real el empoderamiento?

Ciudad de México /

Haz videos sexuales, decían. Eres libre y generarás ingresos, decían. Tal parece que esas voces escuchó la candidata demócrata por Virginia, Sussana Gibson.

Recientemente, en el calor de la campaña, se filtraron videos sexuales de la candidata demócrata Susanna Gibson con su marido. Pero, en esta ocasión, no fue pornovenganza de su pareja, sino de algún cibernauta o cliente que no quedó satisfecho con lo visto tras las propinas. Pues los videos son de sexo en vivo con su marido a través de un sitio web de pornografía y en ellos se pedía a los espectadores que les dieran “sugerencias” y “propinas” para realizar actos sexuales específicos.

Gibson tiene 40 años y es enfermera y madre de dos niños. Compite para el Partido Demócrata por un escaño en la cámara de delegados de Virginia, en un distrito ubicado a las afueras de Richmond. En un comunicado se posicionó contra la difusión de los videos, lo cual calificó como “la peor política de bajo fondo” y denunció una violación a las leyes y a su privacidad. De acuerdo con sus palabras, se trató de una campaña sucia para humillarla a ella y a su familia. Aunque, haciendo una revisión de las notas, en ninguna de ellas se menciona al esposo, quien también sale en el video. El escarnio popular se ciñe sobre ella.

Y si bien la exhibición de videos con contenido sexual o íntimo de una persona no solamente es un delito, sino que es uno de los actos más deleznable que persona alguna pueda cometer, esto abre la puerta al debate de fondo de los últimos años: ¿en realidad la pornografía digital empodera a las mujeres?

A raíz del surgimiento de plataformas como Only Fans, o Chaturbate, un sitio web legal donde los espectadores pueden ver actuaciones en vivo que muestran desnudez y actividad sexual, y que fue el sitio donde subió el video la candidata, la pregunta sobre el empoderamiento en mujeres y el debate se ha avivado. No son pocas las personas que promueven en aras del empoderamiento –cualquier cosa que esto signifique siempre y cuando sea redituable– el uso de estas plataformas.

Se alega que es ahí donde las mujeres pueden tomar el control de su cuerpo y actividad sexual y generar a la vez ingresos sin la necesidad de exponerse al trabajo sexual presencial. No obstante, no son pocas las ocasiones en que las mujeres de México, Argentina, Estados Unidos, Italia y otros países que crean contenido en estas plataformas han sido acosadas y hasta asesinadas.

Y hablando del imaginario social, éste no ha sido modificado. Las mujeres presentes en estas plataformas siguen siendo victimas de pornovenganza, de difusión sin consentimiento de sus contenidos. Porque cabe recordar que, a pesar de haber adquirido membresía o material, esto autoriza legalmente a ver, no a distribuir. Lo cual sigue pasando y es hasta legitimado en la sociedad: “se lo buscó”, “de eso trabaja”. Y, por si fuese poco y a pesar de esto, se esgrime el argumento económico o de las ganancias.

Así que, antes de aludir al empoderamiento, reduciéndolo al tema económico como si esto fuese el todo, hay que revisar si todo lo que nos ofrece este mundo patriarcal nos emancipa.. o meramente pasamos a ser un artículo de consumo más en el mundo digital.

  • Sarai Aguilar Arriozola
  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
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