El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, en este día se reconoce su fortaleza y lucha permanente para lograr avanzar en temas de igualdad y equidad, impulsando la universalidad en la defensa de sus derechos, aunque les falta un largo camino para lograr la inspiración necesaria que sostenga al mundo fundada en la paz y el amor.
Las demandas de la mujer aún no han conseguido profundizar los motivos de su lucha respecto al sueño de que la justicia humana ilumine el faro de la esperanza y contribuir con ello a la paz social, acompañada de armonía, así como amor dentro de la sociedad, ambos tan deseados por todo el mundo.
Cabe recalcar que su éxito no se mide en metas marcadas por las leyes, sino en la motivación de su presencia con base a su liderazgo y la importancia que muestra su grandeza en el desarrollo y crecimiento del ser humano a través de la historia y su permanente lucha en todo momento, e incluso en los países donde dominan las religiones, en donde el poderío machista compuesto de ciertas conductas, comportamientos y creencias que promueven diversas formas discriminatorias contra las mujeres consistentes en el uso de la violencia familiar, social, económica, psicológica, política por mencionar algunas.
Pese a todo esto, es necesario precisar que la mujer, aunque ha sido confrontada a diversos elementos para eliminar su derecho, la historia hace diferentes expresiones ideológicas y evolución donde las identifica como un símbolo de revolución.
El mismo acto se dirige hacia lo que implica la importancia de la presencia de la mujer en todos los ámbitos y su rol en el impacto diferenciado en ejercer sus derechos, independientemente de sus sueños y esperanza, salvo el interés de luchar codo a codo con el pueblo que siempre ha confiado en la mujer luchadora, revolucionaria, comprometida, virtuosa, dirigente, honesta, tolerante, social, sensible, comprometida, con valores; en general es quien establece la paz social, por su calidad, coraje, sabiduría, diligencia y amor su prójimo.