Esta conmemoración nos lleva a reflexionar sobre la manera en que viven quienes aún forman parte de estos pueblos indígenas, por lo que es de gran relevancia el poder visualizar lo que representan dentro de la sociedad.
Los pueblos originarios son grupos de habitantes nativos que comparten vínculos colectivos con la tierra que habitan, conservando sus usos y costumbres, sin olvidar que han sido excluidos por muchos años de la participación en el gobierno local y federal; aunado a que carecen de protección legal, motivo por lo que han sido marginados del desarrollo económico, político y social, de manera que se han visto afectados por la sobreexplotación.
En general, no reciben atención necesaria respecto a sus problemáticas, no cuenta con los recursos para desarrollar y fortalecer sus servicios públicos, el acceso a la justicia, el derecho de participar en el proceso de representación social y fortalecer la infraestructura de igualdad con sus connacionales, aunado a las agresiones contra indígenas al no incluirlos en las acciones históricas que ha vivido México.
Aún los siguen violentando y privando de su libertad, amenazados y despojados de sus territorios por grupos paramilitares y el crimen organizado. Vale recordar que el gobierno no los contempla dentro del Plan de Desarrollo de manera global, no generan las condiciones necesarias como el apoyo al campo para acrecentar la producción de sus tierras, alejados de cualquier desarrollo económico, social y político, bajos salarios, ausencia de empleos en su comunidad; todo esto conlleva el alejarlos de su identidad y pertenencia de sus orígenes.
Hidalgo es una de los estados en donde los pueblos originarios representan arriba del cuarenta y siete por ciento, y nunca han tenido la atención necesaria por parte de sus gobernantes; hoy, a dos años de la transformación encabezada por el gobernador Julio Menchaca han sido escuchados, de manera que ahora pueden autoejercer sus recursos y participar en la gestión del gobierno fortaleciendo así la inclusión, bienestar y desarrollo para sus comunidades.