Si eres (o quieres ser) policía, vota

  • Seguridad ciudadana
  • Sophia Huett

León /

En los debates, ya te culparon de corrupto, ineficaz, inservible, omiso e incapaz.

En ti, que portas un uniforme que en una de esas compraste o complementaste con recursos propios, centraron las críticas y la razón de todos los males, tanto los imaginados como los inventados y hasta los desconocidos.

Mientras tú te rompías la cabeza de con quién dejar a tus hijos porque te extendieron el turno, los que andan buscando una posición política, propusieron “cambiar la estrategia de seguridad”, hablando de un tema que ni siquiera conocen y mucho menos comprenden.

Y no faltó aquel candidato que dijo que la solución era renovar todo el recurso humano, cambiarle de nombre a tu institución y por supuesto, otras tantas ocurrencias.

Aunque sus argumentos te hagan dudar, compañera y compañero policía, grábate esto: tienes el derecho de ejercer tus derechos políticos y votar. Solo piensa que quienes no tienen derecho a votar, son quienes están cumpliendo una sentencia en la cárcel, no quienes portan un uniforme policial.

Hazte responsable. Repasa las propuestas de las y los candidatos a alcaldes, diputados y Presidencia de la República.

Y decide.

Si, hay necesidades del servicio. Pero hoy más que nunca es necesario hacernos responsables de quiénes serán los próximos gobiernos, que por elección o por rechazo, tu voto tendrá un efecto.

En algún momento creímos que ganara quien ganara, no serían capaces de tirar a la basura la experiencia y capacitación de años y que consolidarían instituciones, porque ese fue el discurso y promesa. Y cuando esos candidatos por los que tu familia votó, llegaron al poder, ocurrió todo lo contrario: te aplastaron.

Te llegó tu baja en una hoja membretada, te fueron a buscar a tu casa para notificarte tu despido aún y cuando tenías covid, dejándote sin servicio médico; te mandaron a la guardia de la puerta con todo y tus maestrías, para que tu posición y plaza la ocupara alguien con menor capacidad pero con más afinidad al grupo en el poder.

Si como policía no te diste cuenta que tienes menos recursos, más trabajo y estás en una posición más sensible frente al crimen organizado, probablemente no vives en México.

Y si crees que puedes seguir mirando, como espectador, te volverás a equivocar.

Porque si tú no decides, alguien más lo seguirá haciendo y sin considerarte. Y entonces si, asumirás la posición de ser un “elemento”, literal sin voz ni voto.

Y ahí están las consecuencias: eres rehén de tu vocación policial y de la política, como ciudadano de segunda, el malo de la película, aún y cuando tu función es fundamental para lograr una sociedad ordenada y en paz.

Vota. México te necesita.


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