Si hay una chamba que no envidio en el mundo en este momento es la de Bari Weiss, editora en jefe de CBS News. Imagínense que la compañía para la que trabaja, Paramount-Skydance, sigue terca con que quiere —no… ¡necesita!— comprar Warner Discovery. Y no, a ella no le toca preocuparse porque Netflix ya llegó a un acuerdo para hacer esa operación; le toca explicarle a sus jefes, David y Larry Ellison, por qué su emblemático programa 60 Minutes sigue haciendo enfurecer a Donald Trump cuando su gobierno tiene que aprobar —e incluso impulsar— cualquier trato al que se llegue por cuestiones antimonopolio.
Así que puedo entender —aunque no aprobar— la decisión de último momento de no sacar al aire el segmento en el que la gran reportera Sharyn Alfonsi expone los horrores que vivieron venezolanos deportados desde Estados Unidos a la prisión de alta seguridad CECOT, en El Salvador. La razón oficial que dieron es que querían esperar una respuesta a cuadro de la administración Trump, una que buscaron por semanas y que nunca apareció. Lo que no puedo entender es cómo se les ocurrió promover el reportaje en los promocionales del programa y luego no transmitirlo. Y mucho menos me cabe en la cabeza que ya habían enviado todo el episodio a Global TV, que distribuye el show en Canadá. En otras palabras: ya estaba en manos de muchas personas que se encargaron de que internet lo viera. Para eso no hay fronteras.
El Efecto Streisand es el fenómeno por el cual, al intentar esconder algo, solo se logra amplificarlo. Y aunque el reportaje —que, por supuesto, ya vimos— es trágico y escandaloso, estoy segura de que habría ido y venido como muchas otras atrocidades que vemos en las noticias estos días. En cambio, pasó a convertirse en un símbolo más de la censura corporativa y, sí, de la incansable batalla de los buenos reporteros para que lo que descubren no sea enterrado.
Lo que pudo ser una decisión —o una orden— de último momento, tomada desde el pánico, terminó asegurándose de que nadie interesado se perdiera el tema. Y eso es, cuando menos, una deliciosa y muy notable ironía