Los que llevamos más de dos décadas en los medios de comunicación, sobre todo en la televisión abierta, sabemos que son muy pocos torbellinos de energía y claridad respecto a lo que quería y se tenía que hacer, como lo fue Magda Rodríguez. Quienes la conocíamos nos impactamos con la noticia de que la productora de Hoy ya no había amanecido ayer, casi como si sus tiempos coincidieran para que este Día de Muertos empezara su leyenda.
Magda, quien siempre era acompañada por su hermana, la también productora Andrea Rodríguez (muy pocas veces vi a una sin la otra en los pasillos de Tv Azteca, donde trabajó muchísimos años), y de la mano de su hija Andrea Escalona, eran un poderoso frente en la producción de muchos de los programas más populares de nuestro país. Pero lo que más la caracterizaba era una energía que parecía no tener fin, para encontrar oportunidades nuevas, para reinventar la rueda con todo el éxito, para volar de un lugar al otro, siempre dejando a los jefes anteriores frustrados, porque ella daba resultados, le gustara a quien le gustara.
Estos son tiempos terribles, y las pérdidas parecen sumarse a una velocidad aterradora. Si ustedes se fijan en la cantidad de personas de esta industria, quienes están afectados y tristes por esta repentina pérdida, desde Pati Chapoy hasta Juan Osorio, Máxime Woodside y Alberto Ciurana, se darán cuenta del impacto que Magda tuvo en tantas vidas. En lo personal, aunque nunca alcancé a trabajar con ella (Miami nos robó una oportunidad de crear algo muy distinto, con Andy, su hija) siempre la vi alegre, en movimiento y trabajando duro. Muy, muy duro. Descansa en paz, Magda Producer.
Twitter:@susana.moscatel