Apple, MeToo y las noticias

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Acabo de ver los primeros capítulos de The Morning Show, el programa con el cual Apple está acaparando la atención respecto a sus contenidos propios en su nueva plataforma de streaming y quiero pedirles un favor: véanla sin esperar ver a Rachel Green o a Elle Woods, estamos ya tan en otro momento que Friends o que Legally Blonde, que hay que darnos a nosotros, más que a las actrices involucradas, la oportunidad de ir más allá.

Hay tantos temas de importancia en este programa, que ya está pautado para tener dos temporadas (al menos) con un costo total de 300 millones de dólares, que resultaría una pena quedarnos en lo obvio. Sí, son actrices que usualmente nos caen muy bien. Sí, la carrera de los contenidos originales en streaming ha sido oficialmente inaugurada (y aún viene Disney) y sí, hay demasiado en juego aquí a nivel industria. Pero yo quiero destacar otras cosas que podrían hacer más interesante la experiencia de ver The Morning Show.

Estamos situados en este extraño momento de coyuntura, donde las noticias están cambiando día a día y la tv tradicional corre el riesgo de volverse parte del circo noticioso que son las redes, o de reinventarse como entretenimiento. No es nuevo, pero es un tema más vigente que nunca. Amo que nuestras dos personajes principales sean mujeres, periodistas y representantes de diferentes maneras de hacer las cosas, pero ambas con sus propios principios y defectos.

Todo esto está en juego en el mundo post#MeToo que ha afectado a los medios en EU más que a nadie, pero que está presente en todos lados. ¿Qué hace una mujer quien auténticamente tuvo una buena relación con un hombre que es acusado de conducta sexual inapropiada? ¿Qué es esta conducta? ¿En qué consiste? ¿Quién está aprovechando del reacomodo de poder cuando tantos hombres poderosos han perdido el suyo por esto? ¿Son necesariamente las mujeres? Estos son solo algunos de los planteamientos con los que arranca esta serie que en lo personal agradezco mucho porque cuenta el punto de vista de ellas. No necesariamente de las víctimas, sino de todas las demás que debemos ser solidarias, de una pieza y en este caso, fieles al periodismo, a la verdad. ¿Se dan cuenta todos los temas que hay para contar?

Los programas que tratan con la tv en sí, en el cómo se hace, suelen encantarnos a los que vivimos en el gremio. Mi serie favorita a la fecha sigue siendo The Newsroom de Aaron Sorkin para HBO. Y él mismo me dijo que si no tenía más que contar, acabaría. Cumplió la promesa, pero no puedo dejar de preguntarme cómo un guionista idealista, brillante y controvertido manejaría estos tiempos. No es Sorkin, y el camino no ha sido fácil, pero aquí puede estar la respuesta. Como les digo, no es Friends. Pero es divertida si podemos ver más allá de la oscuridad con la que empieza. No es un documental, pero yo reconocí muchísimas cosas que, después de 20 años en algún noticiario suelen pasar. Muchas de esas cosas son las que determinan cómo y quién nos entrega las noticias en la tele. Tal vez no es una serie con risas grabadas, pero sí histórica. 


Twitter: @SusanaMoscatel


  • Susana Moscatel
  • 25 años de periodista y conductora de entretenimiento. Ha publicado tres libros, traducido 18 obras y transmitido el Oscar y el Tony, entre muchos otros. Escribe de lunes a viernes su columna Estado fallido.
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