Aunque ya vi la primera media hora de la cinta aún no puedo reseñarla por completo. Hoy no estamos hablando de la calidad de la película más polémica de los últimos tiempos, sino de algo muy extraño que sucede con el público cuando no está dispuesto a darle oportunidad a algo por motivos políticos. También me queda claro que después de esta cinta y los cambios en las políticas de inclusión de la compañía, viene una nueva era para Disney, pero eso no tiene nada que ver con que si esta Blanca Nieves es o no es buena.
La premiere, bastante resguardada, se llevó a cabo en El Capitán, el cine de Disney en Hollywood Blvd. y ese es el primer público que ha visto oficialmente la cinta y puede opinar. Y hubo muchas muy buenas opiniones al respecto vertidas en redes. Y con ellas, vino la inevitable respuesta de estos días, asumiendo que el que no está de acuerdo con lo que muchos quieren creer a priori, debe ser corrupto con su opinión.
Esa no era una función llena de personas que llevan dos años haciendo contenido negativo sobre la producción, pero muchos salieron más que emocionados. La mayoría de las críticas más severas han sido respuestas que van de acuerdo con la retórica de la política anti Woke y los cambios que ésta ha vivido en su camino a la pantalla. Lo cierto es que, si quitamos ese contexto, para bien y para mal, y solo vemos la cinta, tendremos una respuesta más honesta sobre el trabajo. No sobre la grilla y política alrededor de ello. Sospecho que en EU esta batalla de ideologías podría afectar mucho más la taquilla que en el resto del mundo, pero ni las opiniones positivas de pocos, ni los prejuicios de muchos, deberían impedir que se vea el trabajo y se juzgue en su propio contexto. Eso mismo haremos en este espacio.