Sé que soy juez y parte; la razón por la que soy parte es porque hace 25 años vi La Bella y la bestia en mi país y supe que era posible. Estaba profunda y enloquecidamente enamorada de una puesta en escena cuya música apenas había conseguido, se llamaba –se llama– Rent y no sabía cómo pero necesitaba tener algo que ver con ese sueño que para mí siempre ha sido el teatro.
Así fue como Ocesa llegó a cambiar la vida de tantos que amamos la vida en vivo bien vivida. Claro, conciertos, Fórmula 1, experiencias, lo que se les ocurra, pero la verdad, desde los tiempos de Manolo Fábregas pocos habían tenido el empuje, la vocación y, por supuesto, la intención y capacidad de producir el teatro con los mismos parámetros que se exige en Nueva York, Londres o donde mejor se haga esta maravillosa forma de arte.
Son tantos los que han hecho este sueño realidad, pero ahora celebrando con las 225 representaciones de Aladdin (no tienen idea de todos los deseos que se tuvieron que cumplir mágicamente para que esta obra al fin levantara el telón), y los primeros 25 años de Ocesa Teatro en México, yo solo puedo decir: “Gracias, gracias, gracias”. Honestamente y vivido muchas veces desde adentro, han hecho lo imposible Federico González Compeán, Julieta González y mi Morris Gilbert, probablemente la gente más terca que he conocido en la vida.
Y vaya que ellos encabezan a cientos de talentosísimos artistas, creativos, promotores, productores y lo que se les pueda ocurrir. No habría Rent, Les Mis, Los Productores, Mary Poppins, Mamma Mía... El caso es que cuando se quiere, se puede, a pesar de tener todo en contra. Después de todo lo que hemos vivido, felicidades desde lo mas profundo de mi corazón a todos los que son o han sido parte de este equipo que hoy está de fiesta.
Susana Moscatel
Twitter: @susana.moscatel