Hoy, Cassandra Sánchez Navarro (Cindy la Regia) tendrá su funcion oficial de estreno como Sally Bowles en el Teatro Insurgentes, y es un hecho de celebración por muchos motivos. Primero que nada, la obra que fue estrenada en esta ocasión con la estupenda Ilse Salas en ese personaje, es una acto de valentía y amor de esos que sólo se ven en el teatro.
La puesta en escena ya ha tenido otras temporadas en México, desde 1980, de hecho. Pero contar la historia de esta manera tan frontal, emocionante y devastadora hoy en día, cuando para tantos la Segunda Guerra Mundial y el Medievo pudieron haber pasado al mismo tiempo en sus cabezas, es necesario y relevante. La historia se recuerda mejor con tramas alrededor de ellas.
Una vez dicho eso, paso de ese horrible capítulo de la humanidad a una historia profundamente bella que es la del legado que empezó con la extraodinaria actriz Virgina Fábregas (1971), abuela de Manuel Sánchez Navarro, o como mejor lo conocimos todos: Manolo Fábregas. No habrá un productor o amante del teatro mexicano que no sepa lo que esta familia ha significado.
Saber que esta historia que debemos y seguiremos contando, continúa con el trabajo de Cassandra, nieta de Manolo, hija de la maravillosa Mónica Sánchez Navarro, es un enorme acontecimiento, particularmente en el teato musical.
Hago una breve pausa para decirles, y ya les contaré más, de lo espectacular que está Majo Pérez en el personaje que alternará con Cassandra. Por ahora solo puedo gritar: “¡Mucha mierda!” para Cassandra esta y todas las noches de Cabaret que sigan.
Hay tantas historias detrás de las historias de quienes crecimos y amamos este mundo, que un nuevo capitulo, una nueva generacion, de ellas es digno de festejar. ¡Nos vemos en el teatro!