Tal vez no recordemos esto ahora, pero Coco era una película que México quería recibir bien cuando se anunció en 2017. No lo recordamos porque hoy en día es una de las cintas animadas más queridas en nuestro país y fuera de él. Pero en su momento las voces que se pronunciaban contra “la apropiación cultural” de la idea que Disney pudiera siquiera pensar en registrar el Día de Muertos como concepto (no sucedió) o saber que ya se estaba haciendo una película con temática similar y que Mickey llegaría con toda su maquinaria a pelearlo (hubo espacio para todos) no gustaba a muchos.
Pero lo cierto es que lo que lograron con Coco fue casi un milagro por el amor, cariño y hasta respeto por parte del público mexicano. Y eso lo hicieron creando personajes, música y una historia con un sentir total de autenticidad y clara reverencia por la materia en cuestión. ¿Se acuerdan de esos tiempos? ¿Donde la cinta lograba defenderse por su calidad y no por las campañas que le generan en su contra o a su favor? Porque eso es lo que hizo de Coco uno de los grandes clásicos modernos que quedarán con nosotros para siempre.
Que el CEO de Disney, Bob Iger, haya elegido precisamente este momento para anunciar a sus inversionistas (y de ahí al mundo) que se empieza a trabajar en Coco 2 y que la tendremos en la pantalla grande en cuatro años es más que significativo. Nadie acusó nunca a Coco de “inclusión forzada” porque era una cinta sobre México con personajes mexicanos. Si bien superó, gracias a su calidad y belleza, los prejuicios al respecto, por supuesto que tuvo que enfrentar muchas cosas complicadas antes de ser la cinta amada que es hoy. Coco 2 tendrá que ser brillante, pero no tengo duda que con lo que se ha hecho bien desde entonces, eso no será problema. Así que el hecho de que esta sea la bandera del futuro animado de Disney Pixar a nivel corporativo en esta, la víspera del estreno de Blanca Nieves, dice mucho del valor del título y del amor que hay alrededor de él. Nos vemos pronto, Miguel.