Hace apenas dos semanas nos estábamos enterando de que Netflix compraría Warner Bros. Quienes habíamos seguido la noticia sabíamos que no había una opción de venta que no fuera polémica, pero la reacción de millones, ante la idea de que una plataforma de streaming concentrara aún más poder en Hollywood, fue reveladora: para muchos, era el final del cine como lo conocemos.
Por eso resulta significativo que ahora Alejandro González Iñárritu y Tom Cruise presenten las primeras imágenes y el título de la cinta que hicieron para Warner Bros. —el regreso de Cruise al estudio— subrayando un mensaje tan claro como insistente: “solo en cines”, además de Imax.
Digger es el nombre de la película, realizada en secreto durante meses en Londres, con uno de esos títulos que en otros sonarían grandilocuentes, pero que simplemente suena a Iñárritu. “Una comedia de proporciones catastróficas” es el subtítulo de esta cinta que se estrenará en agosto de 2026.
Para entonces, incluso si la operación Netflix-Warner avanza sin tropiezos, la fusión aún no estará del todo consolidada, permitiendo que todos mantengan las condiciones que negociaron con el estudio. Como ocurrió con El día de la revelación de Spielberg, estas producciones podrían ser las últimas grandes voceras del poder de las salas de cine, antes de un cambio de era. Quizá también funcionen como recordatorio de lo indispensable que es una ventana de meses —no de semanas— antes de que todo termine en streaming.
Escribo esto un día después de saber que el Oscar se mudará a YouTube en 2029. Cada vez será más rara una experiencia colectiva del séptimo arte. Pero aún somos parte de ese público, y por él, los cineastas seguirán luchando. Si pertenecen a ese clan, corran al cine antes de que seamos una minoría irrelevante para un mercado que se reconfigura más rápido que nunca.