Con el corazón roto me entero sobre la muerte de una mujer que desde pequeña admiraba y que con los años fue demostrando cómo era que su deslumbrante belleza tenía que venir por dentro para realmente permanecer. Edith se fue demasiado, demasiado joven, y eso es devastador. Pero lo cierto es que hizo más en sus 54 años de vida que lo que la mayoría logra, aunque se viva hasta los 120.
Desde su primer diagnóstico de cáncer se dedicó a crear conciencia para que otras mujeres tuvieran la información necesaria para la prevención, y habló de su historia con tanta apertura que estoy segura qué, muchas vidas fueron y serán salvadas por ello. Prevención, detección a tiempo, ejemplo.
Escribo esto a minutos de haberme enterado porque no quiero contaminarme de todo lo que se va a decir hoy de esta actriz quien literalmente desde niña tenía cautivado a México. Algunos tendrán edad para recordarla en la versión telenovela de Les Misérables como Cosette cuando era muy pequeña. Por supuesto, su presencia en Los ricos también lloran fue inolvidable, y esa sin duda es una de las producciones más importantes de la historia de la televisión de habla hispana. Luego vendría El hogar que yo robé y la primera telenovela en la que recuerdo no haberme perdido un solo capítulo, Bianca Vidal. Ella era tan joven y tenia una presencia tan única que hasta la fecha la tengo grabada en mi mente.
Pero de su carrera se hablará mucho. De su vida personal, me temo que también. Yo con lo que me quedo es con esa mujer inteligente, involucrada con lo que pasaba en nuestro país al grado que llegaba a incomodar a quienes no necesariamente estaban haciendo las cosas bien. Muy pocas mujeres con el tipo de trayectoria de Edith hubieran arriesgado la fama por la convicción, pero ella siempre lo hizo y siempre fue muy clara con lo que pensaba. Siempre consecuente.
Cada quien maneja los temas de salud como mejor le parezca y en el caso de Edith ella decidió compartir ese proceso. Todavía el año pasado le dio una hermosa entrevista a nuestra compañera Adriana Jiménez durante su visita a la Fundación Cáncer de Mama, donde fue nombrada embajadora de la campaña #PorElPecho, diseñada justo para eso, para llamar la atención y crear conciencia.
Ese día le dijo lo siguiente a Adriana, “La idea es asumirlo con alegría; y por supuesto no voy a dejar a nadie que me vea llorar, aunque por supuesto que he llorado, pero aquí estoy con amor, abrazando mi vida y amándome profundamente, eso es lo más importante, y sin miedo”.
Y así siguió. Inspirando, participando en temas de importancia nacional, jugando con sus fans respecto a sus looks y sí, sonriendo. Hoy la noticia es más allá de triste, pero lo importante en esta cosa tan relativa que llamamos tiempo, es lo que hicimos con nuestras él mientras estuvimos aquí. Edith, me parece, tuvo y compartió una de las más fascinantes y generosas existencias. Seguiremos con la lucha, querida Edith.
@susanamoscatel