Adele no solo bajó de peso de una manera espectacular, sino que cuando por fin mostró los resultados de todo su esfuerzo, lo hizo poniendo al frente las prioridades, agradecer a todos los que están trabajando en la salud ante esta pandemia.
Ah, pero como hay a quien nada le embona, y el hecho de que una mujer tan extraordinariamente talentosa también tenga la fuerza de voluntad para cambiar lo que no le hacía sentirse cómoda con ella misma, para muchos es imperdonable.
Créanme, es una historia que conozco y me puedo imaginar que cuando se trata de alguien con la fama estratosférica de esta fantástica cantante, todo se multiplica por millones.
Por un lado es un ejemplo fantástico para seguir, porque sin tener todos los detalles de cómo lo hizo, está muy claro y documentado que al final del día fue un cambio de alimentación y un metabolismo impulsado por un gran régimen de ejercicio. Pero hay quien no perdona. Así llegan los insultos porque ya no hay kilos de más. Hay quien la considera una traicionera a la causa de la diversidad corporal. Hay quien dice: “Si yo tuviera tanto dinero, también podría contratar un entrenador personal”.
Créanme, eso no es cierto. No hay dinero en el mundo que alcance si uno no cambia su forma de entender su consumo de alimentos y, sobre todo, sus emociones.
Adele es, claramente, una mujer brillante y que siente de una manera muy, pero muy profunda. No siempre es fácil de manejar algo así.
Y no, no estoy diciendo que todo mundo debe estar delgado, pero este es un caso en el que la salud estaba en juego, ella lo dijo. Así que todo mundo opinará, pero como en todo: es su cuerpo y ella decide.
Twitter: @susana.moscatel