Aunque Wendy Guevara ha dicho en varias ocasiones que ella no es representante de nadie más que de ella misma, el comunicado de la plataforma ViX respecto a su nuevo reality show: Perdida pero famosa, la alaba como una persona que, por su popularidad, “ha puesto en los reflectores la discriminación y el prejuicio que forma parte de la comunidad LGBTQI+” . A final de cuentas, por diseño o simplemente por consecuencia de un gran personaje que forma parte de esa comunidad, tienen razón.
Lo que a mí realmente me
preocupa un poco, reconociendo la horrible polarización que hay respecto a estos temas tan necesarios de confrontar con humanidad, información e inclusión a todos, es que el formato de esta clase de programas nunca se ha destacado por sacar a relucir ese tipo de discusiones de manera seria.
Hay que decir que esto no es culpa ni tema de Wendy, quien es divertidísima y, sin duda, un personaje al cual hay que seguir. Pero ella no va a editar.
No creo, ojalá me equivoque, que tenga aprobación del corte final que se verá ya el próximo 5 de octubre. Ella no va a ser más que ella misma, con lo que ha logrado un gran éxito, pero todos sabemos que los reallities empujan el conflicto por la situación de las audiencias y eso suele funcionar con el morbo.
Es divertido y funciona como entretenimiento, ojalá que si estos temas son parte de la trama, y sobre todo de cómo ViX presenta el show, se hagan con el respeto y claridad sobre el impacto que esto puede tener en un país en el que la violencia y la ignorancia sobre el prójimo está a tope, y pareciera que solo nos vamos (mal)educando de escándalo a escándalo.
Una petición para ViX y Televisa: cuiden a Wendy y cuídenos a todas, por favor. La chica tiene talento, conecta con muchos, y sería terrible que eso vaya a ser usado solo por cuestión de rating cuando hay tanto en juego. Aunque ella no lo haya
buscado así.