No hay artista internacional que no llegue a nuestro país sin un fuerte contingente de seguridad, como fue el caso de David Gahan, vocalista de Depeche Mode. Lo tienen que hacer. Hay aseguradoras de por medio, organizadores del tour y coordinadores de logística que tienen por consigna de que todo funcione lo mejor posible. Y si bien no son los años 90, hay miles de personas emocionadas por la presencia de la banda en el Foro Sol. Miles. Solamente que la mayoría de los fans tienen otras cosas que hacer, quizás por su edad, que esperar en el aeropuerto para sacarse una selfie con su artista.
Digo esto no solo porque el video se volvió viral, sino porque fue retomado por la mayoría de los medios de comunicación, en el que Grohl viene custodiado a su llegada con el mensaje “Nadie lo topa”, y siguieron las burlas de tantos personajes y plataformas que se enorgullecen de no conocer a Gahan. Como si fuera una ofensa personal actuar como famoso cuando no lo eres para la generación en turno.
Esto siempre ha pasado, pero últimamente he notado cómo muchísimas personas muy jóvenes celebran el hecho de que “no conocen” a alguien como si ese fuera un don de superioridad y no simplemente un interés del momento. Tal vez esto ha pasado siempre y se exacerba ahora por las redes sociales.
Podríamos alegar hasta el cansancio si Depeche Mode es una banda para quedarse en el registro histórico. Yo creo que sí lo es. Aunque pensar lo contrario no es de ninguna manera reprochable, pero celebrar la ignorancia propia, sí lo es. Que no conozcamos a alguien no lo desaparece ni lo hace obsoleto, por más que tantos quieran pensar que la vida empezó cuando llegaron al mundo. Y para quien quiera responder con un “OK, Boomer”, ¡Venga! Pero se lo estarían diciendo a una orgullosa integrante de la Generación X. Nosotros inventamos ese insulto a su edad.