Elba Esther y Belinda

Ciudad de México /

Mientras nuestra nación se convulsiona y muchos exigen que quien se pronuncie respecto a temas de interés común se coloque en una sola casilla: izquierda o derecha, la verdad es que sí envidio a la gente que está preocupada por los tatuajes de Belinda, en sus ex cuasi maridos. Es verdad que hay chismes que no apelan a nuestras posturas políticas y por eso recibir el comunicado de Nodal, al menos seis veces en una hora en mi correo electrónico, casi se sintió como un recreo neuronal.

Cuando vi a varios de los personajes más activos en la discusión nacional entre el Presidente y periodistas, evocar chistes al respecto… solo pude imaginar que había una tremenda necesidad de cambiar la narrativa que está describiendo a nuestro país. Y luego se casó Elba Esther. ¿En serio? Tantita madre. Una pequeña pausa para digerir lo que es simple chisme y donde hay personas afectadas por abuso de otras. En el caso de La Maestra, lo dejaron muy claro quienes hicieron destrozos en su boda con el abogado de las cuatro décadas. ¿Y luego? ¿Solo Elba Esther vivió feliz para siempre? Creo que esa ironía provoca más morbo que indignación: vaya que hay más que suficientes razones para ambas.

Lo cierto es que los que somos periodista de entretenimiento debemos entender cuando algo solo es una historia entretenida y cuando están pasando cosas que al menos debemos de consignar, antes de contar los quilates del anillo de Belinda (que no fueron comprados con nuestros impuestos). Y ni me hagan hablar del aguacate mexicano que no llegará a EU después de su spot de 6.5 mdd, Porque ni el Super Bowl apagó las discusiones en nuestro México. 

Susana Moscatel

Twitter: @susana.moscatel

  • Susana Moscatel
  • 25 años de periodista y conductora de entretenimiento. Ha publicado tres libros, traducido 18 obras y transmitido el Oscar y el Tony, entre muchos otros. Escribe de lunes a viernes su columna Estado fallido.
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