La gran noticia es que la mejor comedia de su tipo en los últimos tiempos, Hacks, ya tiene fecha de regreso: el 10 de abril. La mala, muy mala noticia, es que es que esta cuarta temporada será la última. Si por algún motivo ustedes no han visto la historia de la comediante Deborah Vance (Jean Smart) y su amistad con su muy centenial escritora Ava (Hannah Einbinder) está en perfecto tiempo de ver todos los capítulos de este encuentro generacional a través de Max (HBO). Y créanme, no se van a arrepentir.
Lo brillante de Hacks es que entiende el lenguaje de todas las generaciones, las dos representadas por sus actrices centrales y todos los que estamos en medio, y logra hacer una gran comedia respecto a, precisamente, la comedia.
¿Por qué algunos se ofenden respecto a lo que hace reír a otros? ¿Dónde está la ruptura y en especial el punto donde sí podemos coincidir? ¿Cuándo nos vamos a dejar de desesperar los mayores porque los jóvenes creen que están descubriendo y proclamando como nuevo, lo que ya hicimos e incluso olvidamos en nuestras vidas?
La extraña relación entre Deborah y Ava es especial; la tercera temporada, sin dar spoilers porque está demasiado buena, termina de una manera que, al menos en casa, pegamos un grito de desesperación por tener que esperar un año más para saber cómo resuelven el problema que crearon.
Hay otra cosa en la serie, al poner al frente a Jean Smart, una de las grandes joyas de la televisión, a sus espectaculares 73 años, están dejando muy claro lo valiosa que es la experiencia y el camino recorrido. Y si la ironía es que lo que Deborah logra en la ficción, lo que las mujeres en la televisión, no nos permiten lograr en la realidad, la justicia está en todos los premios, aplausos y amor que ha generado con este personaje, dejando claro que no hay fecha de caducidad para el verdadero talento.