The New York Times (NYT), a través de la plataforma Hulu en Estados Unidos, sacó al fin el documental Framing Britney, que regresa a Ms. Spears a los titulares y los trending topics del mundo. La investigación en realidad parecía estar dirigida a decirnos si es verdad que Britney es prisionera de su padre, debido a la figura legal que él tiene sobre ella (ahora solo financiera), pero en realidad, después de verlo admito que me provocó más preguntas que respuestas.
La historia de la Princesa del pop la conocemos, hay decenas de pódcast, por ejemplo, dedicados a tratar de leer los mensajes que ella subía a su Instagram para ver si estaba pidiendo ayuda o si estaba contenta y sana hasta el año pasado, cuando decidió (antes de la pandemia) dejar de trabajar mientras su padre Jaime (como se dijo en la corte) siguiera a cargo.
A partir de ahí hubo una cascada de notas, casi retro, en las que hasta Justin Timberlake quedó como, según declaran ahí, un hombre vengativo que uso su video musical como arma para denigrar a Britney y su reputación cuando terminaron su relación.
A falta de una resolución de esta historia y de los testimonios directos de los involucrados (NYT asegura que intentó por todos los medios entrevistar a Britney y no sabe si le llegaron las peticiones), me parece que lo más impactante del documental es el recuento de preguntas machistas y misóginas por las que ella, desde los 12 años, tuvo que pasar y sonreír. El resto es historia y se sigue contando, aunque para ser honestos la mejor frase de toda la producción la dice un fan: “Nada de esto le hubiera pasado a un hombre”. Y cuando pienso, por ejemplo, en un Kanye West, sé que no podría tener más la razón.
Twitter: @susana.moscatel