Estábamos avisados y aunque muchos no podíamos entender por qué la marca más prémium, amada y respetada de la televisión de paga, HBO, dejaría ser el emblema del streaming de Warner, ya ocurrió el cambio en EU (en México se calcula para finales del año) y ahora la plataforma se llama MAX. Esto ocurrió por varios motivos. Los oficiales tienen que ver con la fusión entre Warner y Discovery, y la diversidad de títulos que ahora tienen por ello. En lo personal, me parece que la enorme mayoría de estos contenidos no merecían el título de HBO y, de alguna manera, decidieron que así se cuidaría la marca, pero este cambio comenzó con algunos serios problemas.
El principal tiene que ver con que los directores, escritores y productores salen bajo el mismo crédito, el de “creadores”. Y cuando tienes una huelga de escritores en pleno apogeo, esa es una terrible idea. Sobre todo cuando el CEO de la compañía, David Salzav, acaba de vivir en carne propia el enojo que hay con las grandes compañías cuando trató de dar un discurso de grabación en la Universidad de Boston, donde escritores marcharon, los alumnos gritaron y no lo dejaron hablar.
Obviamente, el error en los créditos ya fue reconocido por la gente de MAX, quienes lo llamaron un “descuido técnico”, pero en tiempos de profundos retos en el streaming (el mismo día Netflix aplicó su tecnología para evitar que se siguieran compartiendo las contraseñas) estos son los temas que más se deben cuidar. Hay muchos y muy buenos contenidos en MAX. Es un servicio que vale la pena. Pero a una semana del fin de Succession, los fans de HBO, quienes estamos ahí por eso, tendremos que esperar a su próxima gran serie. Cosa que no pasara si los escritores no encuentran un arreglo digno. Así que, sí, son tiempos complicados y de retos para el streaming, y sin los grandes contenidos no hay forma de ganar esta batalla. Sin escritores, no hay grandes contenidos. Punto.