Live actions y recuerdos

Ciudad de México /

Me preguntan: “¿Y tu qué opinas sobre los live actions?”. Esa es probablemente una de las preguntas más comunes que hacen y que hacemos quienes cubrimos entretenimiento estos días. Y lo comprendo, porque si bien no es un fenómeno nuevo, lo que ocurre ahora es que se ve la marca de “decisión ejecutiva en una junta de consejo” algo más grande de lo que es Disney. Y eso puede ser un problema cuando estás vendiendo “magia”.

Sin embargo, me pregunto: ¿quién dijo que no pueden convivir lo comercial y lo conmovedor? Seguramente alguien que ha visto muchos de los intentos fallidos por revivir títulos que han sido éxitos en otros tiempos y formatos. Y no los culpo, muchas de estas películas están tan cerca de nuestras emociones en forma de recuerdos; de nuestra formación y convivencia cultural. Ver algo así de preciado para uno ser sometido a un tratamiento industrial, preocupa aunque sea a nivel inconsciente.

Una vez dicho esto, creo que pueden dejar de preocuparse y comenzar a sumergirse en el nuevo mar de La Sirenita. No, El rey leon no lo logró, Aladdin a ratos; pero esta visión de Rob Marshall es tan bella que no puedo dejar de cantarla una y otra vez con los temas nuevos, pues más. Un live action es eso, solo una versión más de algo que fue animación y antes fue cuento medieval y antes de eso fue mito y tradición oral. La Sirenita nueva es un regalo del pasado para tiempos actuales. Y eso sí me encanta. 


  • Susana Moscatel
  • 25 años de periodista y conductora de entretenimiento. Ha publicado tres libros, traducido 18 obras y transmitido el Oscar y el Tony, entre muchos otros. Escribe de lunes a viernes su columna Estado fallido.
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