Lo que provoca ‘You’

Ciudad de México /

No hay nada mejor que un gran thriller donde las respuestas se van revelando poco a poco, pero cuando nunca hay espacios donde la acción deja de interesarte, es todavía mejor. Sobre todo cuando hay más oportunidad de entrarle de lleno al la psique de los personajes. Cuando se trata de You de Netflix, su segunda temporada hace esto como los grandes. Y eso me deja satisfecha como televidente, y perturbada como ser humano.

Joe Goldberg, el personaje que interpreta Penn Badgley (millennials, por favor ya superen a su dulce e inofensivo Dan en Gossip Girl), es aterrador, porque lo amas desde un principio y no dejas de hacerlo. Sabes que ha asesinado. Sabes que es capaz de hacerlo en cualquier momento y aun así, por la forma en la que te narran la historia, no quieres que lo cargue el payaso. Vaya, no es que precisamente quieres que se salga con la suya, pero tal vez hay una búsqueda de redención que tú, como el voyerista que acabas siendo al gozar tanto la serie, quieres que logre.

You ha sido un éxito y fue brutalmente criticada, porque nos vuelve cómplices de un asesino serial. Nos lleva por su travesía, que en esta segunda temporada acaba en Los Ángeles, y nos hace entender que sus intenciones, cual retorcidas y desfiguradas por su pasado puedan ser, no son necesariamente malas. No están tratando de ayudarnos a llegar a esa conclusión de forma suave, nos regalan los pensamientos de Joe, o Will Betthelheim, el hombre por el que ahora se hace pasar, para que entendamos muerte por muerte cómo es que todo lo esta haciendo por “lo único que debería importar en esta vida”: El amor.

Si le preguntas a un crítico de melodrama, seguro te dirá que para que la historia esté bien contada, para cumplir con la exigencias morales de nuestra cultura tan basada en narrativas, el “malo” debe recibir su castigo al final. Y, sin spoilers, no es que este hombre no tenga momentos aterradores, pero a fin de cuentas es nuestro autengañado y encantador protagonista. Y vamos con él, sobre todo en el desarrollo de cómo pudo haber llegado a formar un sistema de valores con cosas hermosas en él, que tenga consecuencias devastadoras y deleznables.

Ah, pero Joe ama a Love. Estamos entrenados a querer que las historia de amor prevalezcan en los cuentos que nos cuentan. También vivimos en la era del “¿no te das cuenta, amiga?”, pero esto va mucho más allá. Pocos realmente se dan cuenta de todo el panorama y si no hay bien o mal absoluto, entonces para muchos esta es una historia peligrosa.

No me imagino un peor momento para humanizar a un asesino, pero ya con la tercera temporada en camino y giros de tuerca al final de la segunda, lo siento. No puedo esperar. No son clases de moral, es entretenimiento inteligente.

Twitter: @SsusanaMoscatel

  • Susana Moscatel
  • 25 años de periodista y conductora de entretenimiento. Ha publicado tres libros, traducido 18 obras y transmitido el Oscar y el Tony, entre muchos otros. Escribe de lunes a viernes su columna Estado fallido.
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