Ya empecé mal, porque en su nueva serie en Netfllix, la esposa del príncipe Harry corrige a su amiga, la comediante y actriz Mindy Kahling, cuando la llama por el nombre que todos conocíamos. “Soy Sussex ahora. Lo sabes”.
Así que le entramos de lleno al asunto con eso, ¿por qué hay tanto odio dirigido a Meghan? ¿Es una lucha de clases? ¿Es un tema de racismo? ¿Es un asunto de misoginia? ¿O es posible que ella simplemente no sabe medir la temperatura social? ¿Se está vendiendo como un producto mediático moderno usando una marca de antaño y francamente, para muchos en el mundo, caduca como es la monarquía?
Ese es el problema de With Love, Megan, la serie de Netflix en la que ella prepara sales de baño, palomitas trufadas y, en general, nos muestra lo gran anfitriona que es. La serie, el personaje y los temas podrían ser de una influencer del hogar, pero la intención sigue siendo venderle al mundo el personaje de la princesa o duquesa, cuando sabemos, incluso a nuestro pesar, que ese asunto con la familia política no va en lo absoluto bien.
¿Por qué me importa esto? Porque cuando hay tanto odio dirigido a una mujer en redes sociales y más allá, quiero entender qué está pasando. Quiero saber si es orgánico o planeado. Porque me preocupa el estado de la verdad, partiendo de los temas que aparentemente son más frívolos pero que son la cancha de practica para los asuntos que sí afectan seriamente nuestras vidas.
Lo único que yo le recrimino a Meghan es el tiempo que perdí aburrida viendo su show. No es para mí. No me importa que apellido quiera tomar, pero sí me preocupa que cuando una figura pública, en especial una mujer, parece estar “aprobada para el escarnio” todo mundo saca lo peor de sí mismo. Y ese si es asunto serio que sí nos afecta a todas.