#MeToo y los daños colaterales

Ciudad de México /

A pesar de todo lo que diré a continuación, sigo pensando que lo mejor que ha pasado en mucho tiempo es el movimiento #MeToo y también me queda claro que la mayoría de los lugares del mundo son solo una anécdota de algo que está pasando muy lejos de ahí. Pero lo cierto es que para que sea efectiva esta lucha contra el abuso, debemos evitar lo que siempre hace que las grandes (y las no tan grandes) causas e ideologías se vuelvan nocivas: ¡el fundamentalismo!

Que dos de las grandes iniciadoras del movimiento y las acusaciones contra Harvey Weinstein se estén matando y amenazando con acción legal a través de Twitter es una verdadera tragedia. Y peor aún, sin tener la verdadera información respecto a si Asia Argento alguna vez tuvo sexo con un menor de edad (17 años) la realidad es que la gente de Weinstein está cumpliendo con su promesa de destruir a quien se haya metido con él. Y en este caso, destruirse entre amigas. Es una gran manera de desacreditar el movimiento.

¿Pero creen que esto solo está en el entretenimiento? Miren, una de las peores cosas que le puede pasar a Estados Unidos y al mundo es que Donald Trump haya tenido la oportunidad de nombrar dos jueces de la Suprema Corte. Así se dio por tristes azares del destino, pero la cosa está más complicada de lo que parece.

Brett Kavanaugh, la selección del Donald, tenía una acusación por parte de una mujer que en su momento era anónima. Pero al ver que este podría decidir en temas como el aborto, violación, más la acusadora dice que no pudo más y a sabiendas de lo que iba a pasar se presentó públicamente. Christine Blasey Ford es su nombre y acusa a este hombre de haber intentado violarla en la preparatoria.

¿Qué hacen los Republicanos? Decir que estudiarán el caso, pero que el jueves igual la Cámara decidirá si aceptan la propuesta del Presidente. La Casa Blanca, por supuesto, la apoya y Fox News la acribilla. Otros la llaman héroe. Pero la verdad es que ya con tanto ruido, parece que hay reglas diferentes para cada uno. Si a Trump, comprobado acosador, no le afecta ni en las encuestas de aprobación ¿por que habría de detener eso a la mayoría de los Republicanos?

Mientras tanto, siguen cayendo los poderosos en Hollywood. Las acusadoras comienzan a pelear entre sí. Varios inocentes han sido atropellados en el camino (Al Franken, comediante y político que podía haberle dado un verdadero susto en las siguientes elecciones a Donald Trump, por ejemplo). Vaya, parece que donde hay liberales esto está pegando con tubo, y solo se pegan entre ellos. Y los conservadores lo están gozando tremendamente.

Por su parte, Soon-Yi Previn, esposa de Woody Allen y sí, en su momento, hija adoptiva de Mia Farrow, ha salido nuevamente a su defensa. Una defensa cíclica que si bien parecía no tener que ver (por los tiempos y las decisiones a favor de Allen en la corte) con el movimiento #MeToo, tiene todo que ver con Dylan Farrow. Extraordinario periodista, hijo de Mia y Woody (o quizás Frank Sinatra) y una de las más grandes voces a favor de las mujeres que han sufrido de abuso. Irónicamente, el caso de Allen fue desacreditado, pero ya no son las cortes las que deciden el castigo. ¿Ustedes saben cuándo se estrena la próxima película de Woody Allen? (En la que sale Diego Luna) Porque aquí en Hollywood, y en Nueva York, nadie está levantando la mano para exhibirla.

Insisto. Ante todo, nuestra seguridad y derechos, pero hay que hacerlo bien. O por lo menos, mejor. Es muy pronto para el recuento.

Twitter: @SusanaMoscatel


  • Susana Moscatel
  • 25 años de periodista y conductora de entretenimiento. Ha publicado tres libros, traducido 18 obras y transmitido el Oscar y el Tony, entre muchos otros. Escribe de lunes a viernes su columna Estado fallido.
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