Todas las grandes puestas en escena pasan por muchas y diferentes etapas antes de llegar al gran escenario, y eso es más cierto en los musicales que en casi cualquier cosa. A veces el origen es el teatro, otras una novela y, claro, muchas son películas. Pero en el caso de Moana, debo decirles que es una creación musical hecha para triunfar por y para siempre en la pantalla, pero eventualmente emocionar como pocas cosas en esta vida en el teatro.
Sé que estamos con Moana a todo, la secuela sigue triunfando en cines, la original es de lo más revisitado en la historia del streaming y el próximo año viene el live action también a la pantalla grande. ¿Pero qué creen? En un nuevo barco de Disney, Treasure, uno que tendrá su viaje inaugural el próximo 21 de diciembre, ya existe una muy buena versión del musical para el teatro de esta historia. Y es alucinante.
¿Imaginan ir por las olas del mar en un gran teatro flotante y escuchar las canciones de Lin-Manuel Miranda, que nacieron para ser cantadas en vivo, en la voz de una espectacular inérprete llamada Kaena Kekoa? Lo vi en previos y es un sueño para quienes amamos a los musicales. Y por lo que vi de ese público, evidentemente Disneyfílico, también lo es para ellos.
Platicando con la producción, con la protagonista y con los directores creativos del barco, les pregunté si pensaban que este era el principio de algo que podríamos ver por años en las marquesinas de Broadway y del mundo, igual que un Aladdin o un Rey león.
No se atrevieron a asegurarlo, considerando que es hermosa su actual situación flotante, pero queda muy claro que este es un sueño compartido para todos los que somos fans de todo lo que es y puede llegar a ser Moana.