Si bien esta parece una historia de mero pugilismo, hay que decir que la confrontación que hoy se llevará a cabo en el ring entre Mike Tyson y el YouTuber Jake Paul es mucho más que eso. Es una brutal representación de una batalla entre generaciones que va mucho más allá de los jabs y el posible knockout. Es un evento que quizá sea doloroso de ver, Tyson casi se muere hace unos años; ahora el mundo lo tendrá en vivo y a través de la plataforma de streaming que más suscriptores tiene: Netflix.
Esto sabe casi a un eco de las batallas entre influencers o periodistas, actores o creadores de contenido, comediantes o comentaristas en el streaming. Es un evento como pocos por la misma naturaleza de morbo que genera el regreso de este impactante boxeador al ring, y la soberbia de la juventud que busca decir que le ganó a un campeón.
Y, sobre todo, considerando que será en vivo y sin consto extra para los suscriptores de la plataforma, tenemos la posibilidad de asegurar algo: Netflix demostrará que, gane quien gane, ellos se pueden quedar con el campeonato constante contra la televisión abierta y la de pago por evento a esta altura de la jugada.
No es el primer evento en vivo en el streaming, pero no hace mucho tiempo que le preguntábamos a los más altos ejecutivos de la compañía si algo así estaba planeado para el futuro y la respuesta fue un rotundo “no”. Sin embargo, todo va tan rápido, los formatos, las decisiones en qué contenidos invertir e incluso la información sobre qué es lo más visto, que la pelea de esta noche será una referencia enorme al ver qué dirección toma lo que hoy en día conocemos como “televisión” en un futuro cercano.