Por segunda vez desde que comenzó esta trágica etapa pandémica en el mundo, nos reunimos con muchos de los principales productores de teatro en México, y debo ser muy honesta, ahora sí salí de la conferencia con un nudo en la garganta.
Hay decisiones difíciles, y estas son solo algunas de ellas. A los teatros de la familia Fábregas, comentó el productor Guillermo Weichers, les siguen llegando cuentas de 60 mil pesos por luz al mes. Teatros que han estado a oscuras por 11 meses. Gente que trabajó ahí con don Manolo en su momento, ya no tiene trabajo, lo cual le ha roto el corazón a la familia Sánchez Navarro. Confieso que a mí también.
Alex Gou nos explicó que la oferta del gobierno de hacer teatro al aire libre podrá sonar muy linda, pero ¿cómo pagarían los sueldos de aquellos que trabajan en esas compañías? Tiene toda la razón. De por sí las pérdidas son insostenibles. Y cómo hacer montajes como Ghost de Mejor Teatro, Hoy no me puedo levantar o hasta un Tenorio Cómico frente a la llamada “Suavicrema”, o Estela de luz. Qué bochorno.
Gou también comentó que los dueños de los teatros donde estaban, antes conocidos como Televiteatros, estaban siendo considerados para demolición si no empezaba a entrar más dinero. Porque las rentas señores, esas no paran. Ni los impuestos tampoco.
El tema es que todos sabemos, o deberíamos saber, que la salud es primero, pero construir esta industria tomó todo un siglo, y a diferencia de mil cosas, estos productores no están pidiendo dinero. Solo que los dejen empezar de nuevo. Con la seguridad y las inevitables pérdidas que esto conlleva.
Twitter: @susana.moscatel