Son tiempos de listas y hay que decirlo: el cine, con todo y sus problemas, nos ha traído bellezas este 2025. No hablemos de premios, sino de emociones, y con ello les cuento que en tres semanas ya podremos ver Hamnet en la pantalla grande. Es una belleza de la que tendremos que hablar mucho, pero está en las listas de 2025 y no podía empezar este recuento con nada más.
Sentimental Value ya está en cines y tiene una cosa en común con Hamnet: honra, mantiene vivos y hasta nos permite reconocer a nuestros seres amados a través del arte. Véanse sin saber más que eso, les garantizo que les conmoverá profundamente. Por otro lado, ya pueden ver Una batalla tras otra, del gran Paul Thomas Anderson, en HBO Max; confieso que hace mucho una cinta no me atrapaba así desde el principio. Leonardo DiCaprio, Sean Penn, Benicio del Toro y Teyana Taylor no nos sueltan y se burlan de la idea de que “hay que escoger nuestras batallas” de manera magistral y enloquecidamente polémica.
Para alguien que padece el cine de terror, no sabría decirles si me impactó más Weapons (aún sueño con la tía Gladys) o Sinners (también sueño con Michael B. Jordan). El comentario social en ambas es extraordinario y hace que valgan la pena esos brincos y gritos que tantos celebran y yo evado como la plaga.
Ya vi Marty Supremo, pero tengo sentimientos muy encontrados al respecto. Sé que es brillante, que Timothée Chalamet es imparable y que el ritmo de la película es espectacular. La volveré a ver, simplemente porque necesito empezar a querer a Marty —no es fácil— para poder invertir emocionalmente en su travesía.
Y sí, 2025 también será el año en el que las K-Pop Demon Hunters lograron romper todas las barreras de su género. Quienes no tenemos el pretexto de los hijos para ver animación y escuchar sus canciones una y otra vez, ni vergüenza tenemos de declararnos fans.