La mayoría de las cosas que ocurren en la sociedad, los grandes cambios, siempre se topan con resistencia y tratar de entender que muchas de las cosas que nos preocupan NO se tratan de uno. Muchas veces nos toca ser aliados y nuestra obligación en la mayoría de las causas justas es, si no somos parte del movimiento, al menos, no ser un agente que obstaculice los esfuerzos por hacer una mejor sociedad.
Y de ahí me remonto al momento en el que un grupo extraordinario de artistas hablaron del movimiento de Poder Prieto en los premios Metropolitanos de Teatro. Fue una confrontación constructiva y sana. No pidieron permiso, anunciaron que estaban plantando una semilla para que todos la viéramos crecer en conjunto, en este caso específicamente en la comunidad teatral. Las historias de todos deben ser contadas. Y va muchísimo más allá que eso.
Ahora, los más de 200 miembros del movimiento anuncian que habrá un festival encabezado por muchos miembros de la comunidad cinematográfica, como el caso de Maya Zapata, en el que se llevarán a cabo interacciones incluyentes que cambien el status quo.
Reconocer el privilegio que muchos tenemos es la primera tarea que urge si queremos vivir en una mejor sociedad. Mientras haya gente que se sigue asustando con cualquier cambio de balance en la repartición de fortunas o, en este caso, oportunidades, y vaya que la hay por todos lados, más difícil será esta urgente batalla. Digamos que si aún tenemos que discutir si hay racismo y clasismo en México, tenemos mucho camino por recorrer. Por algo se empieza, y en este caso para muchos, me incluyo, es escuchar lo que nos están diciendo. Nunca ha sido más urgente.
@susana.moscatel