Es bastante frustrante salir del cine con una sonrisa de dos horas de carcajadas y buenos momentos, y empezar a ver todos los titulares sobre el “fracaso” de esa película, porque no llegó a las “expectativas” financieras que alguien calculó.
Hablo de Profesión peligro —que les puede o no gustar como a mí—, una gran apuesta para Universal protagonizada por Ryan Gosling y Emily Blunt; comparar taquilla con Barbie y Oppenheimer, ponerse a hacer cuentas en redes sociales y análisis rápidos, y decir (como leí en varios lados): “Este es un mal indicio para la supervivencia de los cines”, se me hace desatinado. No solo porque me pareció un divertido y hasta honesto homenaje a la serie original (1981) sino a los grandes héroes desconocidos del cine que son los stunts (dobles) de los actores en las más grandes películas de acción.
Recomendarle a la gente que se espere al streaming me parece que es un desatino también, esta cinta es para reír un domingo en la tarde, no para ver en pedacitos en el teléfono, compitiendo con las grandes series que nos llenan también de felicidad en la tv moderna.
Pero bueno, los críticos a veces hablamos como si fuera nuestra inversión, y no la del estudio la que se está jugando al volver a hacer cintas grandes de acción y comedia. Yo lo agradezco.
Y luego está esto: ¿los que ya la vieron se dieron cuenta la vapuleada que le ponen a Tom Cruise? ¿Será solo un gran chiste interno de la industria o se estarán riendo como nosotros al respecto? Es muy aventurado, divertido y sí, arriesgado.
Ese hombre tiene poder. Y que sean Ryan Gosling y Emily Blunt quienes se burlan de los actores que toman el crédito por to-
das sus imposibles escenas de acción sube la apuesta. ¿No me digan que con todo eso no les llama la atención un poco?
Buena o mala la taquilla en Estados Unidos, mi cine ayer estaba absolutamente lleno y así sonaban las carcajadas.