No es ninguna frivolidad tomar en serio el post de la cantante después del debate entre Kamala Harris y Donald Trump el pasado martes en la noche. Saber a quién apoyaría en esta contienda presidencial puede parecer nota de color, pero viendo números y encuestas respecto a personas que se autonombran swifties y quienes sí toman en serio lo que ella dice, entiendo por qué están enloqueciendo todos en lugar de solo decir el clásico: “Tú solo dedícate a cantar”.
La compañía de encuestas y análisis Morning Consult hizo un mapa de quiénes son los más grandes seguidores de Taylor; partiendo del hecho que 53% de la población se declara fan, hay que ver cómo es su composición política: 55% se considera demócrata y 23% republicano. No hablemos de ellos. Hablemos del 23% que se considera independiente y no está casado con un partido. No son únicamente esos indecisos los que van a determinar la elección, pero sí componen gran parte de ese grupo; 45% de ellos, según la encuesta, son millennials. Y sí, en ellos y en la Generación Z está puesta la esperanza de esos votos que pueden determinar el resultado en noviembre.
Una vez dicho esto, no paro de celebrar que haya hecho y firmado su post con uno de sus gatos, y a modo de burla directa contra JD Vance se identificó como una “mujer sin hijos con gatos”, en referencia a las pasadas declaraciones del compañero de fórmula de Trump, respecto a quien “estaba a cargo del país”.
Sabemos que no hay que hacer enojar a Swift, y Trump lo hizo usando imágenes falsas de ella, creadas con IA, para promoverse. El hecho es que ella sí habló acerca de los temas que le importan y visibilizó la liga para registrarse a votar ante 283 millones de seguidores en Instagram. Eso es poder e influencia.