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El maestro y su legado

Monterrey /

En esta época de polarización política e ideológica que estamos viviendo, donde políticos nos dividen entre buenos y malos, hacen falta líderes que inspiren y unan. En una misma semana le pregunté a mi hijo adolescente que a quienes admiraban los jóvenes y me dijo muy seguro que ellos no tenían a quién admirar. Días después tras la muerte de David Noel Ramírez, rector emérito del Tecnológico de Monterrey, de nuevo mi hijo me comentó sin conocerlo, solo por leer quién era y lo que hizo en vida, que quisiera hacer en su vida tanto como él.

Cuando somos capaces de ver o percibir algo con nuestros sentidos, se hace posible en nuestro mundo. Es mucho más fácil hablar de hechos que de conceptos abstractos. Eso fue la vida de David Noel, hechos, para miles de jóvenes que pasaron por sus aulas en los más de 110 semestres ininterrumpidos en los que dio clases.

David Noel movió a jóvenes, les infundió su deseo de aportar a la comunidad. No se cansó de promover la responsabilidad hacia el otro, a través del concepto por el que fue ampliamente conocido: la hipoteca social; regresar o dar en garantía lo que se nos ha dado en demasía a unos. Dar sobre todo tiempo y el conocimiento que gracias a la educación hemos desarrollado.

Su legado da para reflexionar sobre la importancia de los buenos maestros. Alguna vez escuché en un foro internacional de educación, que tenemos la costumbre de no valorar la docencia. La expositora contaba que generalmente uno se presenta como empresario, consultor o inversionista orgulloso, y los maestros algunas veces dicen: “Solo soy un maestro”. Cuando en realidad un buen maestro es lo que más nos marca en vida. Según el índice de Confiabilidad Mundial 2023, la profesión de los maestros es en la que más confían los mexicanos, junto con los doctores y muy por encima de la Policía y los políticos.

“Los dictadores y líderes autoritarios no surgen porque sí, surgen porque hay silencio”, reflexiona el periodista Jorge Ramos sobre lo que estamos viviendo. David Noel no se quedó callado, fue vocal y levantó la voz sobre la corrupción e indiferencia social. Transmitió con hechos que es posible tener una vida plena, exitosa, construyendo comunidad y un gran legado.

  • Valeria Guerra
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