El bullying es un delito, no una travesura

Toluca /

El bullying es un delito, no una travesura, esta forma de entender e interpretar dicho término es lo que debe permear en la sociedad, principalmente en la relación tripartita maestros-alumnos-padres de familia, concepto que, analizándolo a fondo, expone consecuencias negativas tanto para los que practican el bullying como para los que lo sufren.

Para aquellos que lo practican cometen una acción antijurídica, que no por ser menores de edad, están exentos de sentir la coercibilidad del Estado al encuadrar las agresiones como violaciones a la ley; recordemos que el código penal del Estado de México define al delito como:"conducta típica, antijurídica, culpable y punible...", que para tal caso, existe la Ley de Justicia para Adolescentes del Estado de México, en donde estipula que las conductas que hayan realizado los adolescentes que se tipifican como delito en código antes referido tendrán tratamiento en instituciones públicas en forma externa o interna, según la gravedad de sus actos.

Los adolescentes que se sujetarán a esta ley son los que se ubican de entre los 12 a 18 años de edad y, en algunos casos hasta los 23 años, cuando la conducta antijurídica haya sido cometida al tiempo que eran adolescentes, salvo los inimputables; para el caso de los menores de 12 años, a quienes se les atribuya una conducta antisocial, no obstante, serán sujetos a rehabilitación y asistencia social en instituciones públicas o privadas, bajo la tutela de sus padres o tutores.

Ignorantia juris non excusat o ignorantia legis neminem excusat, principio general del derecho en latín que establece que la ignorancia de la ley no exime o excusa su cumplimento y que obliga tanto a los integrantes de la sociedad a cumplirla, así como exhorta al Estado a ejercerla.

Así de drásticos debemos ser ante tales acciones, en donde de un mero análisis superficial se deprenden acciones conductuales tipificadas como delitos, algunos de ellos muy graves, tales como: homicidio, inducción al suicidio, robo, extorción, lesiones (físicas, psicológicas), abuso sexual, discriminación, etc... hasta de narcotráfico e impunidad.

Sobre estas prácticas de acoso y violencia escolar todos somos responsables. La sociedad en general debe tomar acciones directas, la relaciones establecidas dentro de las instituciones educativas involucra a todos, principalmente, las relaciones tripartitas y su entorno social.

Esto es, el bullying es otra consecuencia de la pérdida de valores de una generación y de no actuar ahora estaremos perjudicando a una generación que seguramente va a producir más violencia que la que vivimos actualmente.

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