Carlos Contreras Legaspi
carlos.contreras@milenio.com • twitter@CCLegaspi
Es una buena noticia en todos los sentidos. Aquellos que califican como “migajas” los 10 partidos que recibirá México están fuera de la realidad o no han estado cerca de los eventos masivos como Juegos Olímpicos o al menos, los últimos seis Mundiales.
Sería absurdo pensar que en ocho años se van a levantar diez estadios nuevos con estándares mundialistas, cuando en la Liga de Ascenso batallan para cumplir con las condiciones mínimas que se requieren para estar en Primera. Un mundial de 80 partidos y con 48 selecciones, como será el de 2026, será mucho más caro que hace 40 años, cuando la organización emergente de México 1986 sorprendió al mundo entero.
Tener un partido inaugural y otro más de fase de grupos de la selección mexicana serán suficientes para levantar la pasión de los aficionados del futbol y sobre todo para reactivar el negocio de este deporte, regresar a los patrocinadores, iniciativa privada y empresarios que hoy son escasos dentro del balompié profesional de nuestro país. La idea de erradicar la multipropiedad es ingenua sin un impulso de esta naturaleza.
Con el bache por el que pasan todas las selecciones de Estados Unidos y Canadá, el Tricolor es el que se enfrenta ante una oportunidad histórica, de plantear un proyecto de dos ciclos mundialistas, donde quedarán muy pocos de los que hoy defienden la camiseta de la selección mayor, pero tienen material humano para desarrollar y ser aspirantes al título en el vecino del norte.
En odas las sedes donde pueda presentarse México lo hará como local, en el estadio Azteca todavía puede pesar más.
Con personajes como Yon de Luisa y su amplia experiencia comandando sedes de torneos FIFA como el Mundial Sub 17 del 2011 y los Olímpicos de 2012 la organización difícilmente quedará por debajo de las expectativas, pero espero que sea también la ocasión para definir el estilo del futbol mexicano, para traer un técnico que pueda explotarlo y sobre todo darle continuidad, porque esta vez no está en juego el resultado inmediato, sino la posibilidad de trascender al fin.
Juan Carlos Zúñiga
juanzu45@hotmail.com • twitter@JC_Zuniga
La Copa del Mundo regresa a México; ayer por la mañana en el Congreso de la FIFA en Rusia con 164 votos a favor la Concacaf logró consolidar el proyecto del 2026 y así obtener la sede de la justa mundialista que se vivirá en EU, Canadá y nuestro país.
Será el nuevo Mundial, porque ahora 48 selecciones podrán participar en el evento deportivo más grande del mundo. ¿Qué beneficios tendrá nuestro futbol? Siendo realistas, pareciera que ninguno, sin embargo, estoy convencido de que nuestra federación debe elaborar un proyecto para buscar consolidar a una generación de jugadores que reemplazará a la actual en el 2026, hoy se debe trabajar más que nunca para soñar con ser campeones del mundo, son ocho años donde se debe de consolidar un grupo de jugadores que tengan la mentalidad, capacidad deportiva y sobre todo las ganas de trascender. Diego Lainez, quien fue designando para hablar y convencer a los dirigentes de la FIFA que votaran a favor de México, es sin duda uno de los jugadores con más proyección y futuro, a él se le pueden sumar César Montes, Raúl Gudiño, y más nombres que se agregarán para hacer la generación que verdaderamente aspire al título mundial.
Las sedes ya están designadas, por lo menos para México, es un hecho que tendrán que trabajar en el estadio Azteca, el peor calificado por el comité que supervisó los inmuebles que albergarán el mundial. Muchos demeritarán este logro, porque solo se jugarán 10 partidos, pero también hay mucha gente ilusionada de poder asistir a una Copa del Mundo, simplemente venir a Rusia con un plan moderado de gastos, el costo asciende a 100 mil pesos, algo que complica que toda la gente lo pueda costear.
El Mundial está de vuelta en nuestro país, Estados Unidos y Canadá, que tendrán la oportunidad de consolidar uno de los mejores mundiales de la nueva era en FIFA.
David Medrano Mora
aureliomedranomora@gmail.com • twitter@deividmedrano
Ojalá que el Mundial del 2026 pueda traer mucho más beneficio que responsabilidades para México y no hablo solamente de lo futbolístico, sino de lo organizacional y cívico.
Estoy muy interesado en cómo funcionará el sistema de visado y permisos para la gente que venga a la justa mundialista además de los mexicanos que estén en nuestro país y quieran viajar a Estados Unidos. Será interesante ver si vuelven a utilizar el llamado Fan ID que está haciendo una novedad en este Mundial de Rusia 2018. Algo que será muy beneficioso es que me imagino arreglarán y modernizarán el estadio azteca, el peor calificado por la FIFA para todos los inmuebles de este Mundial asociado. Vialidades, instalaciones y muchas cosas más tendrán que cambiar en el Coloso de Santa Úrsula y eso, para cualquier aficionado al futbol mexicano tendrá que ser un gesto de agradecimiento, porque veo muy difícil que de otra manera le echen una manita de gato.
También quisiera exponer una realidad, que este Mundial es de los Estados Unidos, nosotros nos hemos salpicado gracias a ese plan que Decio de María peleara tanto. En el papel, México será la única nación albergando tres Mundiales, lo que no deja de ser un dato muy importante.
Esto de los Estados Unidos lo comento porque seguramente la gran mayoría de los partidos que nos toque vivir en México no serán de primera calidad, pero al final es un Mundial y hay que disfrutarlo sea como sea.
En lo personal estoy mucho más entusiasmado por las acciones que tendrían que realizar estos tres países en conjunto para ofrecerle a los fans un evento de primer nivel, y es que creo que en ese tema los mexicanos pueden ser los más beneficiados, no solamente los aficionados, sino el ciudadano común ante tantos requisitos y trabas que pone el país vecino para ir de turista.
Heliodoro Hinojosa
heliodoro.hinojosa@multimedios.com • twitter@heliodoroh
El beneficio de organizar 10 juegos de un Mundial será demasiado si lo tomamos con la seriedad y humildad que a veces no nos caracteriza. Iremos de la mano de Estados Unidos, un país donde deberían ser todos los eventos del mundo porque nos ofrecen su vida práctica y bien estructurada, no nos sintamos mal por eso, pero es la verdad.
A nosotros nos vale tirar un papel en la calle, a ellos no y desde ahí tenemos diferencias culturales.
Estaremos expuestos al mundo en el tema de las comparaciones, primero debemos mejorar nuestros escenarios. El estadio Azteca deberá cambiar un mundo, es un monstruo obsoleto, es emblemático, pero poco funcional si lo comparamos con alguno de Estados Unidos, hay ocho años para mejorar su estructura por dentro y por fuera, y sus alrededores tendrán que cambiar abismalmente y dar más facilidades.
En Monterrey sí hay un gran estadio, pero tienen ocho años para darle mejoras, sí necesitará. No tiene escaleras eléctricas y sube un sinfín de escalones para ir a lo más alto del estadio.
Y a Guadalajara tendrás que beneficiarla con más y mejores vialidades. Otra opción será mostrar el folklore mexicano, aunque serán 10 juegos, en los últimos años los seguidores al futbol son más en Estados Unidos, los mundiales de soccer tienen a los clientes perfectos en seguidores gringos y mexicanos, debemos mostrar que nuestro calor por este deporte es mayor al americano y canadiense. Sin duda, compararnos y copiar será mejorar muchos aspectos de nuestros país, recordemos que seguimos siendo tercer mundo y si de algo podemos aprender es de los vecinos que en muchas cosas son mejores. Dejemos que el futbol ayude a vivir mejor, por eso bienvenido 2026, que en algo ya ganó, nos hemos agarrado de la mano del país más poderoso del mundo y ni Trump lo podrá evitar, no hay muro que nos divida, hoy, el futbol nos ha fusionado y es el lazo más poderoso en la actualidad.