INEGI presentó la inflación registrada en el mes de febrero, en donde la Laguna tuvo un aumento de precios anual del 8.0%, inflación superior a la nacional que fue del 7.3%, que sigue alcanzando niveles no vistos en 22 años y que siguen estando muy por encima de la tasa objetivo de Banxico que es del 3.0%.
Ciertamente, estos niveles son todavía consecuencia de la crisis económica que se viene arrastrando desde el 2020, y de los pocos incentivos fiscales y financieros generados por el gobierno federal para impulsar la producción e incentivar la demanda, pero esos niveles inflacionarios también están resintiendo ya los primeros efectos del conflicto bélico entre rusos y ucranianos… pero ¿Cómo es posible que algo que está sucediendo del otro lado del mundo nos pueda afectar?
Rusia es el principal exportador de gas en el mundo, así como el segundo mayor exportador de petróleo y las sanciones económicas impuestas por la OTAN, hacen que el precio de ambos se haya disparado a niveles nunca antes vistos.
Ucrania es uno de los mayores exportadores de granos básicos en el mundo, principalmente Maíz y Trigo, y la invasión de su territorio provocó que cientos de civiles abandonaran sus puestos de trabajo para defender su territorio, generando consigo una caída en la productividad que esta reduciendo la oferta de los granos básicos a nivel mundial, elevando en consecuencia el precio de los mismos.
La escasez de estos productos se resiente porque México es el mayor importador de Maíz en el mundo, el décimo mayor importador de Trigo, también es uno de los mayores importadores de gas natural, necesario para hacer funcionar el engranaje de la industria eléctrica del país.
El caso del petróleo es aún más grave ya que nuestro país depende en gran medida de la gasolina generada por los Estados Unidos, y al aumentar el barril de crudo a $170 DLLS por barril, la gasolina incrementa en consecuencia su precio.
Estos son solo algunos de las múltiples consecuencias económicas, que la globalización traerá a nuestros bolsillos.